Clásico de Alarcón vuelve a Bellas Artes
Una compleja comedia, divertida y enredosa, barroca y frenética, que esconde entre sus vericuetos infinitos una constante reflexión de la sociedad española del siglo XVII, es La verdad sospechosa, montaje que del 25 al 27 de julio se presentará en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
La puesta escénica con la que el recinto de mármol inauguró sus actividades hace 80 años regresa a cargo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España, bajo la dirección de Helena Pimenta, quien ofrecerá este clásico de Juan Ruiz de Alarcón (1581-1639), en versión de Ignacio García May.
Juan Melía, Coordinador Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), aseguró que la obra es una de las actividades fundamentales de los festejos del Palacio de Bellas, pues representa la mirada de un extranjero desengañado que soñaba con la tierra prometida y que al llegar a ella descubre los engaños.
"La obra trata sobre la mentira, aborda algo que en aquella época era tan importante, la palabra, tanto que se firmaban contratos con la palabra.
"La palabra de honor era algo valido y al mismo tiempo, la mentira era un referente y la mentira dentro de la comedia de enredos, es un detonador fundamental", dijo.
Escrita entre 1618 y 1621, y representada por primera vez por la compañía de Fernán Sánchez de Vargas el 1 de octubre de 1623, "La verdad sospechosa" es la gran creación dramática de Juan Ruiz de Alarcón.
Se publicó en 1630 atribuida a Lope de Vega (1562-1635) , pero años más tarde apareció ya incluida en las comedias de Ruiz de Alarcón.
Para Melía, la versión de Ignacio García May intenta respetar el tema de una forma pulcra, pero al mismo tiempo, la traduce, "es decir, presenta una obra de fácil entendimiento para el público; es un juego amoroso que tiene al mismo tiempo un contenido didáctico que son el ingrediente principal".
Dijo que "La verdad sospechosa" se lleva a escena con un gran orgullo de defender el Teatro Clásico, "con gran escenografía, de igual formato y un nivel sumamente cuidado en el que participan un total de 14 actores y un pianista en vivo".
Según el INBA, Juan Ruiz de Alarcón tenía poco más de 42 años cuando escribió esta obra en España, donde había llegado desde la Nueva España, su tierra natal.
El texto puede inscribirse dentro de un grupo amplio de comedias de diferentes autores, en sintonía con los afanes del conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV, para reformar las costumbres heredadas del reinado de Felipe III, intentando ofrecer mejores horizontes a una sociedad inmersa en la corrupción, la vanidad, la ostentación y el lujo.
En la obra aparecen indicaciones particularmente dirigidas a la nobleza cortesana, como son los personajes de "La verdad sospechosa", a la que para servir de ejemplo se le solicitaba una rectitud moral que excluía especialmente el vicio de mentir.
El texto mereció muy pronto interés fuera de España, como sucedió con Corneille, que tomó "La verdad sospechosa" como referente para "Le menteur", y más tarde con Goldoni, a quien le sirvió de inspiración para "Il bugiardo".
Dos historias de amor atravesadas por continuas equivocaciones, la relación de desencuentro entre un padre y un hijo, y el afán moralizante del autor mueven la maquinaria de "La verdad sospechosa" , articulada en torno a la figura de su protagonista, el mentiroso "don García".
Su desbordante imaginación, que le lleva por momentos a creerse las fábulas que él mismo construye, y la no menos falsa, aunque no tan llamativa, actitud de los que le rodean, dotan a la obra de una atmósfera imprevisible que se mueve en un presente continuo, en el que se hace difícil distinguir la verdad.
sc