Al puro estilo de un icono pop, Valentina Lisitsa fue aplaudida con insistencia por el público que anoche asistió a la Sala Nezahualcóyotl, como parte de la Temporada de verano 2013 de la Orquesta Sinfónica de Minería.

Cientos de devotos siguieron con atención los movimientos de sus manos y las múltiples expresiones que colorearon el rostro de Lisitsa mientras ella se encorvaba sobre el piano como si de una mina de piedras preciosas se tratara.

Poco a poco, a veces con vivacidad y otras con delicado tacto, la solista extrajo del enorme instrumento un conmovedor Primer concierto para piano, de Tchaikovsky y, finalizado éste, ofrendó a sus invitados cuatro encores, entre ellos el Ave María, de Schubert, el Nocturno no.2 Op. 9 de Chopin y La Campanella, de Liszt.

Cada retorno de la artista al escenario provocaba en los asistentes una mezcla de incredulidad, agradecimiento y satisfacción. La carismática pianista sonreía a sus fans sin soltar los dos ramos de flores que le obsequió personal de la sala mientras, entre el público, se esparcía como pólvora una noticia: al final del concierto, Lisitsa daría autógrafos.

Durante el intermedio, un puñado de personas se dirigió a la tienda de discos de la sala Nezahualcóyotl para adquirir música de la intérprete ucraniana-americana. Pero, apenas terminar la última nota de Vitrales de iglesia de Respighi -última pieza del programa de anoche- la gente saltó de sus asientos y, corriendo a empujones, se aproximó a la tienda. Alrededor de un centenar de personas hizo fila para que la les firmara sus CDs y se tomara fotos con sus admiradores que, nerviosos y dóciles, se acercaban a la rubia pianista sonriendo.

Con paciencia y amabilidad, ella correspondió a cada uno de sus admiradores y se tomó fotografías con quien se lo pidió. Su actitud discreta y humilde contrastaba con su grandeza en el escenario. Eran casi las once de la noche y Lisitsa se quedó estampando su afilada firma con un plumón rojo en los discos de sus fieles seguidores.

El programa de anoche también estuvo integrado por el estreno absoluto de la pieza De aquí a la veleta, del mexicano Javier Álvarez (1956), que abrió el recital. La Orquesta Sinfónica de Minería continuará su temporada los sábados (20 hrs.) y domingos (12 hrs.) de julio y agosto próximos.

cvtp