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En México, el caso más conocido y reciente de plagio académico lo protagoniza el doctor en Historia Boris Berenzon Gorn, quien después de haber sido denunciado ante autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México por adjudicarse textos que no eran de su autoría, podría ser destituido de la universidad luego de que el Consejo Técnico de la Facultad de Filosofía e Historia ya comprobó que el historiador incurrió en la falta.

El proceso en contra del académico continúa y se espera que la resolución definitiva por parte de las autoridades universitarias se dé a conocer en los próximos días; el caso está en manos del Consejo de Honor de la UNAM.

Existen otros casos que van más allá del ámbito académico y se encuentran en medio periodístico y en el literario. El año pasado, por ejemplo, el escritor Sealtiel Alatriste no sólo renunció al Premio Xavier Villaurrutia sino también a su cargo como coordinador de Difusión Cultural UNAM, cuando la comunidad cultural denunció que sobre el funcionario universitario pesaban acusaciones de plagio.

En respuesta, Alatriste dijo ser víctima de "ataques" por haber utilizado párrafos de "diversas fuentes" en unos artículos que había escrito años atrás. La falta no la negó, pero en un comunicado dijo que sus textos no fueron "producto de un plagio" porque lo sustancial de ellos partía de "ideas y recuerdos propios, con un estilo personal".

Un escándalo más sucedió también el año pasado cuando el escritor Alfredo Bryce Echenique resultó ganador del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. Tras la noticia intelectuales mexicanos manifestaron su desacuerdo porque el peruano ha sido reiteradamente acusado de plagiar en distintos artículos periodísticos. En 2009, Echenique fue sentenciado a pagar una multa de 23 mil 600 dólares por haber plagiado a 15 autores en 16 artículos publicados en España en 2007. Pese al historial, el jurado del galardón no se retractó y el escritor recibió el premio dotado de 150 mil dólares en Lima.