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Preservan murales de El Tajín para la posteridad

Agencia EL UNIVERSAL| El Universal
16:09MÉXICO | Jueves 12 de diciembre de 2013
La exquisitez de los murales refleja el alto estatus de quienes habitaron este espacio

PINTURA. La exquisitez de los murales refleja el alto estatus de quienes habitaron este espacio. (Foto: Cortesía INAH )

La Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural logró dar realce a pinturas de más de mil años de antigüedad que decoran el Edificio I de la zona arqueológica

Especialistas del INAH trabajaron durante cuatro años, para preservar para la posteridad detalladas y minúsculas pinturas de más de mil años de antigüedad que decoran taludes, tableros, molduras y cornisas del Edificio I de la zona arqueológica de El Tajín, que constituyen los murales más completos que se conservan in situ dentro de ese sitio.

En un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se informó además que con el apoyo de mujeres y hombres de las comunidades cercanas que fueron capacitados en estas tareas de preservación, un equipo de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) logró dar realce a los personajes humanos y zoomorfos fantásticos que estaban siendo envueltos por escamas de sales.

Las escamas, producto de la humedad contenida en el edificio, constituían un peligro para las milenarias figuras, explica Dulce María Grimaldi, responsable del proyecto de conservación. Debido a que las imágenes más grandes no sobrepasan los 30 centímetros, el empuje de las sales podía ocasionar la pérdida de buena parte de ellas.

La pintura mural del Edificio I tiene más de mil años de antigüedad, pues fue entre 900 y 1100 d.C., cuando se construyeron las estructuras arquitectónicas del complejo conocido como Tajín Chico, al cual corresponde esta edificación. Los pisos bruñidos del Edificio I y la exquisitez de los murales, reflejan el alto estatus de quienes habitaron sus espacios.

Previo a las labores de conservación en las pinturas adosadas a los muros, en 2007 se realizó un diagnóstico de su estado, el cual arrojó la fuerte presencia de sales producto de la humedad, por este motivo el proyecto contempló trabajos de conducción de agua que estuvieron a cargo del restaurador Benjamin Jean-Marc Blaisot.

El edificio I se ubica en una área elevada de la antigua ciudad, Tajín Chico, donde se recupera el agua que baja de los cerros aledaños hacia los arroyos que hay más abajo. Esta circunstancia, sumada a la composición de la piedra y el uso del cemento en intervenciones anteriores, favoreció la migración de las sales y la aparición de manchas de humedad, indicó el restaurador.

"La propuesta fue no intervenir el edificio, sino su entorno. Proyectamos una conducción superficial (a base de pisos de lajas en pendiente) para desviar las corrientes de agua, de este modo evitamos frentes de absorción, que generan a su vez frentes de evaporación en los acabados arquitectónicos", precisó Jean-Marc Blaisot.

La aparición de sales de carbonato de calcio en escaleras y cornisas, principalmente, también era propiciada por el mal estado de la cubierta que fue colocada en los años 90 durante los trabajos de exploración del arqueólogo Juergen K. Brueggemann. Hace cinco años esta palapa fue sustituida por otra.

Una vez controlada esta problemática de fondo, pudo atenderse la pintura mural que abarca de manera aproximada 50 metros cuadrados, distribuidos en la cara norte y dos áreas de la fachada sur, mencionó Grimaldi.

Las figuras -la mayor parte de ellas no mayores a los 10 centímetros de largo-, se ordenan conforme la división de los elementos arquitectónicos.

En algunos casos delineados con pinceles del grosor de un cabello y distribuidos en cuadretes cruciformes, se perciben cuadrúpedos descarnados y ataviados con capas y joyas. También se observan personajes humanos con máscaras de ojo de volutas y una especie de lengua bífida de color azul, traen penacho y ornamentos como orejeras de concha. En cornisas y molduras destaca el glifo ollin, importante en la iconografía del sitio.

Con las tareas de conservación buscaron solucionar la problemática de fondo, "no será necesario efectuar de nuevo una intervención intensiva de las mismas. Con un trabajo periódico de mantenimiento, como lo prevé el plan de manejo de El Tajín, se puede asegurar la preservación de la pintura mural del Edificio I a largo plazo, estamos hablando de diez años en adelante".

 

rqm



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