"La muerte tiene permiso" es el sugerente nombre de la exposición del artista mexicano José Guadalupe Posada, que arrancó hoy en Pekín con la intención de presentar al público chino la cara más vital de la inexorable parca.

Con motivo del centenario de la muerte de Posada y con ocasión de la víspera del Día de los Muertos en México, la Embajada del país centroamericano dio por inaugurada la exposición del artista este miércoles por un periodo de tres semanas.

Integrada por decenas de ilustraciones y grabados de Posada (1852-1913), la apertura contó también con la presencia de dos actrices caracterizadas como la Calavera de la Catrina, la imagen satírica del artista sobre la vida de la clase alta mexicana, que acabó convertida en emblema nacional del Día de los Muertos.

Las "catrinas" vivientes ayudaron a conectar con el público chino, al que "normalmente no le gusta hablar de la muerte", remarca el agregado de Cultura de la Embajada de México en Pekín, Pedro Cisneros.

Y es que en la potencia asiática todavía hay grandes supersticiones con todo lo que rodea al fallecimiento.

Una de las más características es la que acompaña al número 4, cuya fonética en mandarín se asemeja a la de la palabra muerte y que, por ello, se tiende a omitirlo en números de teléfono y hasta en las plantas de un edificio, que a menudo saltan del tercero al quinto.

Así, además del objetivo de acercar el arte de Posada a China, la exposición pretende "dar a conocer lo que representa la muerte para el pueblo mexicano, que es algo muy simple y también representa la vida", añade Cisneros.

En ello coincide Wang Hao, asistente cultural de la legación mexicana en Pekín, quien cuenta a Efe cómo, a través de la obra de Posada, "los chinos pueden conocer también la festividad mexicana del Día de los Muertos".

No obstante, China cuenta con su propia efeméride de los difuntos, que se celebra en abril y cuyo día depende cada año del calendario lunar.

"Ese día, los chinos también rendimos homenaje a nuestros antepasados. Las dos naciones tienen mucho en común", añade Hao, quien reflexiona que Posada "fue un crítico, ya que aprovechó su influencia para reflejar los pensamientos de los mexicanos de entonces sobre temas como la muerte".

"Representaba lo cotidiano, lo que veía, y su artesanía acabó trascendiendo en obra de arte", añade Cisneros.

sc