Descubren pintura del siglo XVII al restaurar templo
Labores. Los trabajos de restauración del templo se realizaron con los materiales que se usaron originalmente para la construcción: cal, arena y baba de nopal como aglutinante. (Foto: Especial / INAH )
Durante
el proceso de restauración del templo del Colegio de San Ignacio de
Loyola de Parras, en Coahuila,
se descubrió al interior una pintura mural del siglo XVII en cenefas y
en los arcos que flanquean la nave, misma que fue rescatada y ahora
puede ser apreciada en esa antigua obra que construyeron los jesuitas en
México.
La
pintura se recuperó a través de un arduo trabajo manual, en el que se
utilizó bisturí para retirar la capa de colores que cubría los pigmentos
antiguos. Además se hallaron algunos
fragmentos de murales anteriores que no pudieron ser rescatados debido a
que el patrón que seguían estaba incompleto, por eso sólo se dejaron
visibles algunos motivos, en esa iglesia edificada en adobe y ladrillo.
El
templo, abierto al culto religioso, es de un solo nivel de planta en
cruz latina, con un altar barroco decorado en sus inicios con hoja de
oro de 24 kilates; tiene cuatro capillas
laterales y una anexa, la sacristía y el área del antiguo Colegio,
donde hoy se resguarda un importante archivo nombrado "Matheo". El
sotocoro conserva su viguería de madera y su piso es de mosaico de
pasta, hecho a mano y fraguado durante un mes antes de
colocarse.
El
director del Centro INAH-Coahuila, Francisco Aguilar, detalló que antes
de la intervención, el templo tenía humedad, principalmente en el muro
de la fachada lateral poniente,
misma que también ocasionó desprendimiento de aplanados en el área de
guardapolvo y en las bases de los arcos que flanquean la nave.
La
pintura mural de cenefas y arcos se encontró al hacer la primera
limpieza de paredes, y al momento de efectuar las calas de los colores
que había debajo de la pintura que estaba
a la vista, destaca un comunicado del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH).
Los
trabajos de restauración se realizaron con los materiales que se usaron
originalmente para la construcción del Colegio: cal, arena y baba de
nopal como aglutinante.
Asimismo,
se restituyeron las áreas del piso que se encontraban deterioradas; se
dio tratamiento de conservación a la campana y las vigas que la
sostienen, se repusieron los cristales
rotos de las ventanas, se retiró el barniz sintético de la puerta
principal y se dio tratamiento de conservación a la herrería del siglo
XIX y XX.
También
se repararon los techos y se cambiaron las tabletas de la viguería de
madera del sotocoro, afectada por insectos xilófagos (polilla).
Además
de la obra arquitectónica, el proyecto de restauración del templo del
Colegio de San Ignacio de Loyola de Parras incluyó la atención de los
bienes muebles: fueron restauradas
cinco obras de caballete de los siglos XVII y XVIII, de autor anónimo,
que se encontraban en mal estado de conservación; el trabajo se hizo con
el apoyo de familias coahuilenses que las adoptaron para solventar su
intervención, informó el titular del Centro
INAH-Coahuila.
En
tanto, el retablo del altar -también del siglo XVII- se limpió y aplicó
un tratamiento contra plagas para erradicar los insectos xilófagos, y
se recuperó parte de la hoja de oro
que estaba muy dañada.
Junto
con la estructura del retablo fueron limpiadas y desinfectadas nueve
esculturas de madera policromada de los siglos XVII y XVIII; así como
dos elaboradas en pasta en época
moderna que se encuentran en los nichos del retablo.
El
restaurador José Luis Huidobro, especialista en atención de retablos,
propuso elaborar un proyecto integral que permita desmontar el altar,
trabajar pieza por pieza y devolverlo
a su estado original.
El
antiguo Colegio de San Ignacio de Loyola de Parras reunió uno de los
archivos más extensos e importantes de la región del sur de Coahuila;
son cerca de 500 volúmenes que contienen
documentos de los siglos XVI y XVII, ahora resguardados en ese espacio.
Cabe
recordar que Parras de la Fuente es la única Zona de Monumentos
Históricos declarada por el Gobierno Federal en Coahuila (1998), y junto
con Parral y Valle de Allende, en esa
misma entidad, y Álamos, en Sonora, son las cuatro existentes del norte
de México. Parras tiene registrados 397 monumentos históricos en
alrededor de 87 manzanas que comprende la poligonal declarada. El templo
del Colegio de San Ignacio de Loyola de Parras
forma parte del conjunto de monumentos que reciben protección.
rqm