Exhiben hallazgos recientes del mundo maya
ESCULTURA. La reina de Uxmal, en piedra caliza. (Foto: CORTESÍA INAH )
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El Tablero del Trono del Templo XXI de Palenque, una pieza en piedra caliza descubierta en 2002 que registra una ceremonia de autosacrificio y en el que aparecen dos deidades y tres gobernantes, entre ellos el legendario ajaw Pakal II, recibe al público en la exposición Mayas. Revelación de un tiempo sin fin , inaugurada ayer por el presidente Enrique Peña Nieto en el Palacio Nacional.
Como esta pieza nunca antes exhibida en México y cuyos textos glificos acaban de ser interpretados, la exposición conformada por 479 obras incluye diversas piezas inéditas, de hallazgos e investigaciones recientes en el área que se desarrolló esta civilización.
Ahí están, por ejemplo, tres tumbas recién descubiertas en Campeche: una de Calakmul, que tenía el fardo mortuorio con todas sus piezas; otra de Balamkú y una más de la isla de Jaina. En el caso de la de Calakmul, la cual pertenecía a una notable mujer de esa antigua ciudad maya, el trabajo curatorial de esta exposición reproduce la tumba e incluye el ajuar funerario con el que fueron hallados sus restos, como orejeras, un collar, cuentas de jade, pulseras, vasija y una máscara de mosaicos.
La exposición, que podrá ser visitada a partir de hoy en la Galería de Palacio Nacional, incluye además urnas, incensarios, cerámica, estelas, dinteles, máscaras funerarias de jade, así como una cruz atrial, huipiles y otros objetos que aluden a las épocas colonial y moderna. Las piezas abarcan desde el periodo Formativo (2500 a.C.) hasta la actualidad.
“Muchas de estas piezas estaban en bodegas, las sacamos, se restauraron y se trajeron a exhibición; hay muchas piezas emblemáticas, algunas muy conocidas, pero hay muchas novedades”, dijo ayer la curadora de la muestra, Mercedes de la Garza, quien trabajó con un amplio equipo de investigadores.
Las piezas, comentó la especialista en cultura maya, fueron seleccionadas tanto por su valor estético y plástico, como por su significación histórica, con el fin de mostrar las formas de vida, la organización sociopolítica, la conciencia histórica, la religiosidad y la cosmovisión de los mayas.
En esta muestra, que permanecerá hasta abril de 2014, también se podrá conocer los últimos avances de la epigrafía maya con las interpretaciones de los glifos que incluyen las estelas, dinteles y vasijas en exposición.
El conocimiento que arrojan esos textos, comentó el epigrafista Guillermo Bernal, uno de los colaboradores de la muestra, no se conocían hasta hace poco tiempo, por lo que dan una nueva lectura en torno a las creencias de los antiguos mayas, “de su propio devenir, de sus condiciones y de sus conflictos con otros señoríos”. “La epigrafía maya se ha desarrollado de manera rápida en los últimos 30 o 40 años. Ese conocimiento que arrojan los textos no se conocían hasta hace poco tiempo, toda las escrituras que nos dan datos de las jerarquías dinásticas, a quienes entronizaron, cuándo; cuándo fueron a la guerra, quién ganó. Ahora toda esa información se puede verter ya en una exposición museográfica y es muy comprensible para el público”, añadió el especialista.
Desde la época formativa hasta hoy
Dividida en seis secciones, la muestra reúne piezas provenientes de diversas colecciones como el Museo Nacional de Antropología y de diversos museos de la región maya de México (Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo), así como de los museos Nacional de Arqueología y Etnología, Popol Vuh y Miraflores, de Guatemala.
El recorrido por la muestra comienza con una sección introductora en la que a través de videos se aborda la diversidad cultural de los grupos mayas. En la primera sección, “El hombre frente a la naturaleza”, se plantea la relación de los mayas y del mundo indígena prehispánico con los animales y las plantas, por lo que se exhiben diversas representaciones plásticas de flora y fauna.
La segunda sección, “Comunidad y vida cotidiana”, muestra a la sociedad maya en sus diversos aspectos, con énfasis en las ofrendas, indumentaria, ornamentos corporales y costumbres alimenticias; en la tercera, “El corazón de las ciudades”, incluye elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos de áreas ceremoniales de algunas de las grandes ciudades mayas.
Los siguientes módulos son: “El hombre frente al tiempo y los astros”, donde se exhiben inscripciones de tipo astronómico y calendárico en piedra y estuco, con sus lecturas epigráficas; “Las fuerzas sagradas”, que mediante figurillas características de deidades femeninas y de dioses representados en cerámica, esculturas, urnas, incensarios, explica las ideas religiosas y la sacralidad de esta cultura antigua.
A estos apartados le siguen las dedicadas a los mayas coloniales y modernos, con piezas del periodo virreinal, entre ellas una cruz atrial que representa su integración al cristianismo. En la parte dedicada a los mayas actuales, se exhiben huipiles, tambores y otros objetos de la vida cotidiana de esta etnia, además de un cuadro de la pintora Leonora Carrington, El mundo mágico de los mayas.
Aunque gran parte de las piezas aluden al esplendor maya durante la época antigua, las piezas de las últimas secciones dejan claro la presencia de esta cultura en la actualidad.
Una característica que el presidente Enrique Peña Nieto destacó ayer después de recorrer la exposición: “Esta es una civilización madre, que sin duda el recorrerla, el conocer sus vestigios, los testimonios de una cultura que no sólo tuvo florecimiento en los años de mayor esplendor, en los años 600 después de Cristo, sino que sigue siendo una civilización viva, una cultura que está presente entre los mexicanos”.
En la inauguración de la exposición acompañaron al Presidente varios funcionarios, como Luis Videgaray, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; Emilio Chuayffet, secretario de Educación Pública, y el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa.