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Dentro del contexto de crisis económica que vive España, las humanidades han perdido peso, sostiene el filólogo español Francisco Rico, quien hoy recibirá el Premio Alfonso Reyes 2013 que otorga El Colegio de México, esa institución que cumple 75 años de su fundación y de la que el académico se dice aprendiz.

“Hay una preocupación enorme por la crisis, por el poco futuro que se ve: los libros cada vez se venden menos, la piratería en la red cada vez es mayor, los intelectuales se sienten desencantados porque la democracia que ha funcionado muy bien en tres décadas no ha colmado todas las esperanzas”, evalúa el destacado miembro de la Real Academia Española (RAE).

Ese panorama, comenta, se debe en gran parte a las malas decisiones que las instituciones culturales tomaron en aquellos momentos de prosperidad. “En principio, con mucho entusiasmo, en los años de la abundancia de los créditos alemanes, todos los Ayuntamientos cogían un palacio, lo rehabilitaban para un centro cultural, una iglesia para un museo, un polideportivo, una biblioteca. Han venido las vacas flacas y en esos museos no hay obras expuestas, los centros culturales, los polideportivos, no tienen mantenimiento, en las bibliotecas ya no se compran libros o se compran menos”, indica el filólogo.

“Se pensó en grandes obras, las autonomías y la democracia municipal, todo mundo quería hacer grandes cosas para que les votaran y la infraestructura no responde al contenido posible”, añade.

Ante esto, explica, los intelectuales, creadores, artistas, escritores, se han visto obligados a buscar nuevas alternativas. “Hay libros publicados en la red, los proyectos que necesitan apoyo, muchas veces, lanzan campañas para editar un libro o para montar una exposición”.

En algunos casos, instituciones como el Centro para la edición de los Clásicos Españoles, del que es director, comienzan a recurrir a la figura del mecenazgo: “El Centro que yo dirijo ha encontrado apoyo en una fundación, de una empresa de aguas, que se ha interesado por nuestro trabajo y libremente nos ofrecen una subvención con la que empezamos a trabajar. A medida que se cortan los fondos públicos, parece que hay más interés por el mecenazgo. Ojalá siga así”, dice Rico, quien al frente de esta institución ha tenido a su cargo las ediciones de grandes obras de la literatura hispanoamericana, como La Celestina y El Lazarillo de Tormes.

De acuerdo con el investigador, nacido en Barcelona en 1944, contrario a lo que sucede en España, en México el humanismo y la investigación viven un buen momento. “Probablemente es mejor la situación en México, porque en España hay muchos recortes, pocas plazas, pocos puestos para cuando se graduen los estudiantes universitarios. En México, por ejemplo, hay más oportunidades de estudiar filología y poder practicarla, enseñarla”, destaca.

Además, añade Rico, México cuenta con una tradición de grandes escritores humanistas: “Pocos españoles son capaces de escribir una novela y al mismo tiempo un buen ensayo, que era algo que tenía Alfonso Reyes, y que se puede ver también con Fernando del Paso, quien es capaz de escribir una buena novela y al mismo tiempo un ensayo muy valioso sobre El Quijote, lo mismo sucede con Carlos Fuentes. Eso no pasa en España, gente con esa amplia visión humanista hay muy pocos”, dice el catedrático de Literaturas Hispánicas Medievales, en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Aprendiz del Colmex

El académico de la lengua española, quien hoy a las 18: 00 horas, después de recibir el Premio Alfonso Reyes 2013 dictará la conferencia magistral “Los hermanos Raymundo y María Rosa Lida y su aportación a la filología hispanoamericana”, destaca que desde su formación como académico ha sido un aprendiz de El Colegio de México (Colmex), una institución a la que ha estado vinculado por casi 20 años, pero que visitará por primera vez hoy.

Su acercamiento con el Colegio de México, cuenta Francisco Rico, comenzó a través de la Nueva Revista de Filología Hispánica , la cual ha sido “un gran modelo porque estaba inspirada y dirigida por un maestro excepcional, como Raymundo Lida, y después por Antonio Alatorre. “Aunque no haya sido alumno directo de ninguno de los dos, los puedo considerar como mis primeros maestros, porque me enseñaron a trabajar, me enseñaron a cómo se debe explorar y a investigar por su cuenta, y cómo se comunica eso con el público”, comenta.

Ser galardonado con el mayor reconocimiento que otorga esta institución, en el marco de sus 75 años, es un gran orgullo, destaca el catedrático en entrevista.

“El Colegio ha sido una institución importantísima en la vida de España porque acogió a muchos intelectuales españoles exiliados. Para México ha sido una institución con una solidez y ha sido un modelo para toda Latinoamérica, y desde luego, para España”, asegura.

El Alfonso Reyes, dice, “sí me lo merezco porque he sido un buen alumno de los maestros del Colegio de México”.