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BELÉN.— En medio del gran movimiento de peregrinos llegados de todos los confines del mundo y sin alterar los rezos ni los cantos litúrgicos, y por cierto tampoco las emociones, en la Basílica de la Natividad en Belén se está haciendo historia. Hace tres meses, tras años de demoras —debido especialmente a discrepancias entre las iglesias que administran el santuario— se comenzó finalmente el proyecto de restauración del lugar.

El Comité Nacional para la Restauración de la Basílica fue creado por la Autoridad Nacional Palestina —bajo cuya jurisdicción territorial se encuentra Belén—; se entabló contacto con la Custodia de Tierra Santa (a cargo de los Padres Franciscanos, de la Iglesia Católica), el Patriarcado Ortodoxo Griego y el Patriarcado Armenio a fin de superar las diferencias y llegar a un acuerdo que permita lanzar el proyecto. Tras haber alcanzado dicha meta, se realizó una licitación internacional, ganada finalmente por una empresa italiana especializada en la materia. Y en septiembre, se dio el puntapié inicial a las obras.

“Comenzamos por el techo, que era lo más urgente, por las continuas filtraciones de agua”, explica el ingeniero Imad Nassar, asesor Técnico del Comité Nacional para la Restauración, que pide andar con cuidado y pisar firme cuando se va subiendo hasta la “cima” , donde los trabajos son notorios.

“Aquí estamos en la nave central de la basílica”, dice señalando hacia abajo y apela a la imaginación para comprender que debajo de las tablas que hacen de piso antes inexistente —a fin de poder trabajar— están los peregrinos recorriendo el santuario.

“Para cada elemento del techo se hallará la solución apropiada”, explica al señalar las antiquísimas maderas que lo sostienen. También indica que donde se puede, se cortará el trozo desgastado y se reemplazará por madera traída de Italia, y donde no, se cambiará la pieza entera. Esto es sólo el primer paso.

“Primero el techo (que es del siglo XV) y las ventanas, que son 38 para cambiar”, explica. “Pero luego hay mucho más que hacer, ya que el agua ha dañado las columnas, los mosaicos, las paredes”. Nassar muestra un hermoso mosaico parcialmente cubierto, para protegerle no sólo de las filtraciones que aún hay sino de los trabajos que ya han comenzado. “Llegaremos luego a ellos”, asegura el especialista. Los mosaicos datan del siglo XI.

La Basílica de la Natividad fue construida en el año 325 , por orden del Emperador romano Constantino, que adoptó el Cristianismo como religión del Imperio. Fue erigida sobre el sitio en el que, según la tradición, nació Jesús. En el siglo VI fue destruida y erigida nuevamente con mayor majestuosidad. En 2012 fue declarada Legado Universal de la Humanidad, por UNESCO.

“Esta es la cuna del Cristianismo y es un orgullo haber emprendido este proyecto de restauración”, dice Ziad el-Bandak, ministro en el gobierno palestino a cargo de Asuntos Cristianos, que encabeza el Comité Nacional formado para encargarse del tema. El ministro habla al recibir en la Basílica al Cónsul General de España en Jerusalén, Juan José Escobar, quien entrega en nombre de su país 100 mil euros como contribución al proyecto, cuyo costo final ascenderá a 15 millones de euros. Otros países europeos participan en la financiación, pues “esto nos incumbe a todos, porque aquí nació el Señor”, dice el Cónsul español.

“Esperamos que en cinco o seis años todo se complete, si tenemos fondos suficientes”, dice Ziad el-Bandak, quien indica que se prevé que sea en septiembre cuando culmine la primera etapa.