Nobel de Medicina a estudios sobre transporte celular
RANDY SCHEKMAN. El profesor de la Universidad de Berkeley, en conferencia. (Foto: STEPHEN LAM REUTERS )
COPENHAGUE.— Por su investigación sobre cómo la célula organiza su sistema de transporte, dos estadounidenses y a un alemán ganaron ayer el Premio Nobel de Medicina 2013.
Los estadounidenses James E. Rothman y Randy W. Schekman y el alemán Thomas C. Südhof descubrieron cómo las células de un organismo organizan su sistema de “empaque” y transporte de sustancias dentro y hacia afuera de las mismas. Si algo falla en este proceso, pueden surgir una serie de enfermedades, como la diabetes, el tétanos y las distonías, un grupo de trastornos neurológicos que se manifiestan por contracciones sostenidas de músculos en una o más partes del cuerpo, explicó Jan Andersson, miembro del Comité Nobel de Estocolmo.
Schekman halló los genes requeridos para el tráfico vesicular; Rothman desentrañó el engranaje de proteínas que permite a las vesículas la transferencia de su carga, y Südhof descubrió mecanismo que hacen que ésta se realice con precisión.
“Imaginen a centenares de miles de personas circulando por cientos de miles de calles. ¿Cómo van a hallar el camino correcto? ¿Dónde parará el autobús para abrir sus puertas y dejar que salgan los pasajeros?”, comparó el secretario del comité, Goran Hansson. “Existen problemas similares en la célula”.
Los descubrimientos han ayudado a los médicos a diagnosticar una forma severa de epilepsia y enfermedades de deficiencia inmunológica en niños, dijo Hansson. Es así que en el futuro, los científicos confían en que la investigación pueda permitir el desarrollo de medicinas contra las variedades más comunes de epilepsia, diabetes y otras deficiencias metabólicas.
Por ejemplo, la investigación de los científicos también arroja luz sobre la forma en que se fabrica y se distribuye la insulina a la sangre en el momento justo y en el lugar adecuado.
Los ganadores
Tras la noticia, Schekman dijo: “Ayer podía trabajar todavía bien en mi laboratorio y espero poder hacerlo también mañana. El trabajo nos gusta muchísimo a todos y no quiero perderme ni un segundo (de las tareas) en el laboratorio”. El especialista comentó que se vio sorprendido por el Nobel.
“¿En serio?”, preguntó al representante del Comité Nobel que realizó la llamada. “¡Oh, Dios mío!”, dijo por su parte el alemán Südhof, y agregó: “Este honor es increíblemente hermoso. Muchas gracias”.
Por su parte, Rothman dijo: “Sin duda este es un momento fascinante, pero el momento del descubrimiento fue aún más fascinante. Es una rara, rara emoción que un científico pueda descubrir algo fundamental sobre la naturaleza que es válido para toda la naturaleza”, añadió.
En la Universidad de Yale, Rothman admitió que ya había perdido la esperanza de ganar el premio.
Los galardonados compartirán los 1,3 millones de dólares con que están dotados los Nobel, que se entregarán, según la tradición, en dos ceremonias paralelas, en Oslo para el de la Paz y en Estocolmo los restantes, el 10 de diciembre. (Agencias)