Llega El héroe discreto de Mario Vargas Llosa
EN CONFERENCIA. El autor presentó su nueva novela, la primera luego de ganar el Nobel en 2010 . (Foto: DANIEL OCHOA DE OLZA AP )
MADRID.— Felícito Yanaqué, un pequeño empresario peruano dueño de la Empresa de Transportes Narihualá que se niega a pagar dinero a la mafia a cambio de protección pese al riesgo que eso supone para su vida, es el protagonista de la nueva novela de Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936), El héroe discreto.
El personaje le surgió al escritor hace años, cuando escuchó la historia de un modesto empresario que se había negado a pagar unas cuotas que le pedía la mafia.
Esta novela —la primera que publica tras recibir el Premio Nobel de Literatura, en 2010— fue presentada el miércoles en la madrileña Casa de América y ayer salió a la venta en España y en América Latina.
“Me pareció admirable que hubiera personas dispuestas a sacrificar su seguridad por ciertos principios morales, religiosos o cívicos en un mundo en el que muchas veces la ambición hace que esos valores o principios se desmoronen”, reconoció.
“Creo que es fundamental para el progreso de una sociedad que haya héroes discretos como el de mi novela, cuando un país pierde la reserva moral entra en bancarrota”, aseguró. De esos héroes dijo que son “gente decente que, en la discreción y el anonimato, mantiene valores y virtudes. Son como la reserva moral de una sociedad”.
Reconoció que esa buena gente que trabaja y lucha para sacar adelante a sus hijos no llega nunca a dirigir el país porque rehúyen la política, aunque subrayó que es peligroso condenar a todos los políticos y pensar que todos son mediocres y corruptos. “Creo que entre los políticos hay gente muy decente, muy brillante y muy valiosa”, apuntó para señalar después que “las sociedades tienen a las clases políticas que se merecen. Es necesario que los decentes e inteligentes se metan en política”, sentenció.
Sobre la historia
La novela, en la que no faltan la ironía ni el humor, se desarrolla en Perú. Pero no en el Perú de su juventud “en el que los jóvenes como yo no veíamos ninguna salida”, sino en el Perú actual, “un país emergente que ha tirado hacia adelante gracias a los consensos políticos y económicos”. Y algunas partes en Lima, “una ciudad moderna que ha crecido mucho y que vive una prosperidad que por una parte es positiva, pero que también ha traído problemas de delincuencia”, dijo el autor.
En ella recupera personajes de otras novelas como Lituma, de Lituma en los Andes, y don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito, de Los cuadernos de don Rigoberto. “Es curioso porque con algunas personas me ocurre que aparecen en otras novelas como ofreciéndose, como diciéndome que no lo he aprovechado bastante en las anteriores y que tienen que volver”.
En la rueda de prensa, el autor dijo que no iba a hablar de política “porque me lo ha prohibido mi mujer”.
Para concluir, refiriéndose a la vejez, tiene 77 años, Mario Vargas Llosa dijo que le gustaría morir “escribiendo” y que lo que él hace es vivir “como si fuera inmortal, sin perder los anhelos, las ilusiones, aunque sepamos que no vamos a realizarlos.
“Me gustaría mucho morirme escribiendo, con la pluma en la mano. Hay que vivir hasta el final”, concluyó el reconocido escritor .