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La danza de los espectros reúne la obra de surrealistas europeos

Sonia Sierra Enviada| El Universal
Viernes 08 de noviembre de 2013

El Museo de Arte Contemporáneo, MARCO, reúne en cuatro salas de la planta baja a cinco de aquellos creadores surrealistas que migraron a México en medio de los años de la II Guerra Mundial. Cortesía MARCO

La muestr "La danza de los espectros" marca el reencuentro de la obras de creadores como Remedios Varo, Leonora Carrington, Alice Rahon, José Horna y Wolfgang Paalen. Cortesía MARCO

La exposición aloja 116 obras entre pinturas, esculturas, grabados y dibujos de los surrealistas. Cortesía MARCO

Dicha muestra deja entrever cómo trabajaban, qué lugar tenían la realidad, el mito y la quimera en sus obras, cómo era que unos intercambiaban y se influenciaban entre sí, y que, además, expone con claridad una dualidad presente en las obras de todos ellos. Cortesía MARCO

"La danza de los espectros" se realizó con la colaboración del Museo de Arte Moderno, a donde se exhibirá en la primavera de 2014. Cortesía MARCO

La exposición está dispuesta en los módulos "Escenografía y paisaje psíquico", "Bestiario onírico", "Cotidiano extraño" y "Alquimia o introspección". Cortesía MARCO

<i>La danza de los espectros</i> re�ne la obra de surrealistas europeos

MUESTRA. ”El Nahual del Mono” y “Albino Hogg”, son dos de las piezas de Leonora Carrington que se exhiben en el MARCO. (Foto: CORTESÍA MARCO )

La muestra incluye 116 piezas de Alice Rahon, José Horna, Wolfgang Paalen, Leonora Carrington y Remedios Varo

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MONTERREY.— Así como en los años 40 las reuniones de surrealistas europeos en México tenían lugar en casa de alguno de ellos (a veces en la de San Rafael y otras en San Ángel) y les permitieron a ese grupo de exiliados construir una comunidad desde la distancia, hoy el Museo de Arte Contemporáneo (MARCO) vuelve a reunir en cuatro salas de la planta baja a cinco de aquellos creadores que migraron a México en medio de los años de la II Guerra Mundial.

La danza de los espectros es una exposición de cinco artistas plásticos surrealistas: Remedios Varo, Leonora Carrington, Alice Rahon, José Horna y Wolfgang Paalen. La muestra incluye 116 obras entre pinturas, esculturas, grabados y dibujos que dejan entrever cómo trabajaban, qué lugar tenían la realidad, el mito y la quimera en sus obras, cómo era que unos intercambiaban y se influenciaban entre sí.

Además, expone con claridad una dualidad presente en las obras de todos ellos: por un lado la ciencia, el psicoanálisis y lo racional del proyecto de la modernidad y, por el otro, esa presencia del pensamiento mágico y del misticismo.

Esta es una exposición, curada por Gonzalo Ortega, que el MARCO realiza con la colaboración del Museo de Arte Moderno, en donde se exhibirá en la primavera de 2014. El nombre de la muestra hace referencia a un escrito de Antonin Artaud quien había llegado a México, en 1936, en busca de las resonancias de lo ancestral.

Su frase de “La danza de los espectros” la usa para hablar de la obra de María Izquierdo. Ahora, de una manera contraria, desde la distancia en el tiempo y la geografía, la frase se refiere a este grupo de creadores.

En forma deliberada, Ortega, curador de MARCO, elige sólo mostrar a este grupo de europeos pues, normalmente, se les muestra junto a los mexicanos por haber hecho aquí buena parte de esas obras.

“La exposición refleja cómo estuvieron inmersos en México; al pasar ves que son surrealistas, sí hay influencia de México, pero en los temas nadamás. En el modo de pensar, en su propuesta estética, no. Ellos, al llegar, ya traían un bagaje intelectual, se reúnen como comunidad y tienen también una relación muy importante con la comunidad de artistas. En México se topan con un universo y es un caldo de cultivo muy importante para sus obras”, explicó el curador.

La exposición está dispuesta en los módulos Escenografía y Paisaje Psíquico, Bestiario Onírico, Cotidiano Extraño y Alquimia o Introspección. Tiene grandes ejemplos para hablar de cada uno de estos conceptos.

Así, por ejemplo, la relación entre el paisaje y la arquitectura es palpable en las obras Roulette y El flautista de Remedios Varo, en sus “arquitecturas imposibles”, como lo dijo el curador.

Paalen y Rahon, quienes fueron pareja, permiten ver la presencia de contextos más naturales; sus pinturas aluden más al paisaje. De Paalen, en particular, hay también muchas obras que entran en los terrenos de la abstracción.

El curador habló de Rahon así: “Eran muy inteligente y sensible; hasta cierto punto fue opacada por otras artistas como Carrington, Varo y Frida Kahlo. Fue muy amiga de Frida”.

Agregó: “En Paalen y Rahon se ve esa libertad para utilizar las dimensiones del lienzo, no como espacio de copia fiel de la realidad, sino como espacio de evocación poética de la realidad”.

En el Bestiario Onírico, se aprecian seres híbridos, quimeras, no sólo antropomorfos. Entre otras piezas, las esculturas y pinturas de Carrington como Reflejo en el oráculo aluden a lo mágico que es también una revelación.

Aquí mismo, está la pintura de Varo, Creación de las aves, obra que se refiere a cómo ciencia y magia dan pie a nuevos artes.

En el caso del núcleo Cotidiano Extraño aparecen, entre otras obras, esculturas de Horna, como la de la cuna que haría para su hija, la cual es la única pieza utilitaria que él hizo, y es también uno de esos singulares ejemplos de trabajos compartidos entre los surrealistas porque está adornada con dibujos de Carrington.

En el área de la Alquimia o la Introspección conviven piezas como el Orfeo de Paalen, un ejemplo de la técnica de fumage y del rescate de un mito griego para expresar un sentir muy personal y mostrar cómo ese mito continúa vivo.

La exposición resalta el contexto cultural que representó México para que estos creadores encontraran un ambiente propicio donde expresar su arte y permite volver a reconocer las características del surrealismo.



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