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En los últimos años la infraestructura cultural ha crecido en el estado de Guanajuato. Sólo en la última década se creó el Fórum Cultural Guanajuato —ubicado en la ciudad de León—, que alberga un museo, dos teatros con una constante programación de artes escénicas, un auditorio y dos espacios abiertos, inaugurado en 2006.

Además, en 2002 se creó el Centro de Artes de Guanajuato, que se encuentra en la ciudad de Salamancia y la Biblioteca Central en la capital. El crecimiento, en un principio, se asoció a que el entonces presidente de la república, Vicente Fox, estaba dando un impulso particular a su estado natal.

Con el tiempo, estos espacios, según sus directores, se han convertido en las alternativas culturales más importantes del estado, más allá del Cervantino.

¿Qué ocurre antes y después de la llamada fiesta del espíritu? De acuerdo con Rodrigo Jiménez Escalante, director de Difusión Artística del Instituto Estatal de Cultura de Guanajuato y director del Teatro Juárez, uno de los recintos más emblemáticos de la ciudad, la oferta cultural no sólo no se detiene durante todo el año, sin embargo reconoce que en el FIC se concentra el presupuesto para atraer lo más a los artistas más importantes de las distintas disciplinas.

Por ello, dice, el reto se vuelve mayúsculo para no perder el público que se ha cautivado durante la fiesta cervantina.

Arturo Padilla Córdova, director del Forum, prefiere no hablar de competencia frente al Cervantino. “A nosotros nos interesa crear públicos para las diferentes disciplinas y para los distintos espacios que existen en el estado. Como Forum hemos creado una estrategia de programación para atraer a los habitantes de León y de todo el estado”, explica en entrevista.

Una de las ofertas principales del Forum es el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, un espacio arquitectónico diseñado por el despacho Nuño, Mac Gregor y de Buen Arquitectos S.C., inaugurado el 27 de noviembre de 2008.

De acuerdo con Padilla, es uno de los proyectos insignia del Forum Cultural en el que se ha privilegiado la investigación y la didáctica sobre arte, cultura y patrimonio regionales. Es el museo más grande de la región con una superficie de 22 mil 750 metros cuadrados, de los cuales más de 4 mil están destinados al área de exposiciones: dos salas de temporales y la Sala de Cultura Regional, un espacio que hace una revisión crítica de la historia y la cultura de Guanajuato.

“En León no existían museos, por eso aquí no había la costumbre de visitarlos. Nosotros hemos tratado de revertir esa situación y creo que lo estamos logrando”, dice el director del Forum.

Otro de los espacios más importantes del Forum es el Teatro del Bicentenario en donde se ofrece una cartelera que privilegia las artes escénicas y la música. Ahí, refiere, se han desarrollado algunas de las producciones operísticas de alta calidad y con un elenco internacional.

Sólo este año se han presentado ahí cantantes como María Alejandres, Arturo Chacón, Noé Colín, Ramón Vargas, entre otros.

Una ventana de promoción

Amelia Chávez, directora del Museo de Arte e Historia de Guanajuato, asegura que el recinto ya forma parte del circuito museístico del país. Prueba de ello, asegura, es que durante noviembre ofrecerán una exposición dedicada a Joaquín Sorolla, con obras provenientes de instituciones públicas y privadas, así como de colecciones.

“Lo que nos ha faltado, como creo que le falta a todos los museos del país, es la promoción. Trabajamos muy duro en acercarnos a los diferentes públicos, pero los esfuerzos se tienen que duplicar en la difusión de nuestro quehacer. No sólo es conveniente para nosotros, sino para el estado”, dice la directora.

Jiménez Escalante, director del Teatro Juárez, asegura que el Cervantino sí ha marcado una diferencia en el gusto cultural de los guanajuatenses. “Es una institución de más de 40 años, si no ocurriera así entonces algo no estaría funcionando. ¿Cuál es el desafío que tenemos el resto de los meses? No dejar caer el ánimo de la gente y no permitir que la oferta se concentre en 19 días”, sostiene.

Jiménez recuerda que en 2010 el Cervantino duró cerca de un mes debido a las celebraciones del Bicentnerio, el periodo propició que la última semana se debilitara en cuanto a asistencia.

“Fue un fenómeno que tuvimos que analizar muy bien porque nos dimos cuenta que la oferta tenía que ampliarse aún más. Este año echamos a andar una serie de programas con el objetivo de ofrecer eventos en todos los municipios del estado y realizar caravanas culturales. Llevamos música, danza contemporánea, teatro, literatura. Y hasta ahora hemos tenido una gran respuesta”, dice.

El Festival Internacional Cervantino, añade Jiménez Escalante, también es un referente hacia el interior del estado. Gracias al acercamiento a los municipios, los habitantes consideran que si parte de la programación que les ofrecen ha sido parte de la fiesta cultural, tiene un sello de calidad difícil de cuestionar.

No existen datos precisos que ayuden a clarificar cómo el encuentro ha impactado en la oferta y en la demanda, pero los funcionarios aseguran que despúes de la fiesta, el interés por la cultura continúa.