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Los daños irreversibles en 50% de la escultura ecuestre de Carlos IV, conocida como “El Caballito” se estiman, según el dictamen técnico realizado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en un millón 415 mil 723 pesos, por lo que la institución presentará una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) por afectación al patrimonio histórico contra quien resulte responsable.

Ayer, en conferencia de prensa en el Museo Nacional de Antropología, César Moheno, secretario Técnico del INAH, indicó que los responsables del daño ocasionado a la escultura que Manuel Tolsá fundió hace más de 200 años deberán ser condenados a la reparación de las afectaciones ocasionadas por el valor económico que establece el dictamen y serán acreedores a una multa de máximo 50 mil pesos, que es lo que determina el Artículo 55 de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Una cantidad ínfima para un daño irreversible en un monumento histórico, pero eso “es lo que determina la ley”.

Después de una semana de lo anunciado, y tal como lo preveían arquitectos y restauradores especializados, el instituto confirmó que la intervención que la Autoridad del Centro Histórico encomendó por adjudicación directa a Arturo Javier Marina Othón —quien comenzó los trabajos sin autorización del INAH—, provocó daños irreversibles en la escultura, debido a la utilización de materiales agresivos, como ácido nítrico al 60%, el cual dejó de emplearse en restauración de metales desde 1950 por las afectaciones que provoca.

Al dar a conocer la evaluación técnica, Moheno explicó que aunque Javier Marina planteó que utilizaría ácido nítrico al 30% para limpiar la escultura, durante la visita de inspección los especialistas del INAH hallaron en el sitio un bidón con ácido nítrico al 60%, lo cual “eliminó de manera irreversible tanto la pátina que protegía la superficie, como una cantidad de metal de la aleación del bronce, poniendo en riesgo la integridad de la escultura”.

Ese ácido, añadió, disolvió la pátina de la escultura, con lo que perdió 50% de esa capa que protegía al bronce original y provocó corrosión. Los escurrimientos y manchas provocados por ese ácido también provocaron daños en el pedestal de piedra.

También detalló que el trabajo realizado por el equipo de Javier Marina —quien no ha presentado cédula profesional de restaurador, no cuenta con un curriculum completo y no presentó un diagnóstico preliminar para justificar la intervención— provocó abrasión de la superficie de la escultura por el uso de cardas de metal con un taladro, además de que, sin sensibilidad al monumento, los andamios se amarraron a las patas del caballo y uno de los tablones se apoyó directamente sobre la escultura.

Por estos trabajos, la empresa Marina. Restauración de monumentos —cuyo titular Javier Marina argumenta experiencia de 20 años en el ramo— solicitaba un pago de 240 mil pesos, de acuerdo con documentos proporcionados por la Oficina de Información Pública (OIP) de la Autoridad del Centro Histórico y que ayer fueron dados a conocer en el muro de Facebook: El Caballito, Conservación, que mediante la movilización en redes sociales logró detener la intervención de la escultura,

Moheno señaló que aunque se detuvo el efecto del ácido nítrico en la escultura, es urgente iniciar un proceso de intervención para estabilizar la pieza y restituir los elementos para su conservación. Esos trabajos de restauración, precisó, deberán ser realizados por las autoridades del Gobierno del DF, con la vigilancia de especialistas del INAH.

Desde que comenzó la polémica sobre la restauración, el Fideicomiso y la Autoridad del Centro Histórico sostuvieron que el proyecto fue respaldado por el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México, en donde también participan el INAH e INBA. Ayer, Moheno aclaró que en ninguna de las dos reuniones, realizadas en agosto y septiembre, donde incluso participó la directora del INAH, María Teresa Franco, se dio a conocer el proyecto y el arranque de la restauración.

El Fideicomiso del Centro Histórico indicó que emitiría un comunicado de prensa en respuesta a los resultados del dictamen emitido por el INAH, pero al cierre de esta edición la información no había sido dada a conocer.