Entre críticas, reciben en el INAH a María Teresa Franco
FUNCIONARIA. Asumió el cargo el lunes por la tarde . (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
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En medio de críticas fue recibida ayer María Teresa Franco, la nueva directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien sustituyó al etnólogo Sergio Raúl Arroyo García, desde el lunes por la tarde.
El regreso de la historiadora al frente de la dependencia, que ya había dirigido de 1992 a 2000, tomó por sorpresa a los investigadores y a la comunidad académica del instituto. El descontento se manifestó ayer mediante un comunicado enviado por los Comités Ejecutivos de Profesores de Investigación Científica y Docencia (DII-IA-1), el de Profesionistas Arquitectos Conservadores del Patrimonio Cultural (DII-IA-2) y Administrativos, Técnicos y Manuales (DIII-24), donde manifestaron su preocupación ante el repentino cambio, por la falta de claridad sobre las causas de la sustitución de Arroyo García, así como los objetivos que motivaron el nombramiento de Franco.
“Ante esta situación y considerando el proceder de la nueva titular en su gestión anterior, los representantes de las tres Delegaciones Sindicales manifestamos nuestra preocupación por el futuro del INAH, por la protección, salvaguarda y conservación del Patrimonio Antropológico, Arqueológico, Histórico y Paleontológico de la Nación”, señala el comunicado firmado por los secretarios generales de las tres delegaciones sindicales, María de la Luz Aguilar Rojas (DII-IA-1), Marcela Pérez Cruz (DII-IA-2) y José M. Martínez Rodríguez (DIII-24).
En el comunicado, los investigadores y académicos exigen el cumplimiento de la Ley Federal sobre Monumentos y la Ley Orgánica del INAH.
En entrevista, Felipe Echenique, ex secretario general del Sindicato de académicos del INAH, recordó que durante su administración pasada, Franco tuvo confrontaciones fuertes con los investigadores de esa institución, entre otros por la demanda que entablaron para detener la construcción en Teotihuacan de la Plaza Jaguares para vendedores de artesanías, con lo que se destruyeron vestigios arqueológicos en la zona de La Ventilla, así como por la autorización del concierto de Luciano Pavarotti en Chichén Itzá en 1997.
“No tuvo una acción institucional dentro de lo que marca la Ley Federal de Monumentos, sino una actitud arbitraria”, señaló el investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH.
Comentó que aunque Sergio Raúl Arroyo García no dialogó con los académicos, sí realizó algunas acciones a destacar. Entre otros, el documento que envió a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para suspender la explotación de una mina en las zonas colindantes a la zona arqueológica de Xochicalco, Morelos, así como la cancelación de la construcción de un teleférico en el centro histórico de Puebla. “Algunos de los nombramientos los vimos como positivos, no todos. Igual y tenía las intenciones de decirnos poco a poco las cosas, el problema es que no le dejaron ni siquiera encarrerarse”, comentó.
La nueva responsable
El lunes por la tarde, sin precisar motivos, el Conaculta informó que por acuerdo del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo, dio posesión a María Teresa Franco como directora del INAH. Tras el anuncio, Franco, quien ya había estado al frente del organismo en la primera administración de Tovar y de Teresa en Conaculta, se congratuló por regresar al INAH, institución “tan querida y con tantas responsabilidades”.
“Recibo un enorme honor y una alta responsabilidad. Tomo la dirección de un instituto que tiene un saber importantísimo para la SEP y el pensar cotidianamente a nuestro país y a nuestro pasado, que tiene la plena voluntad de poner lo mejor de la investigación, de lo mejor de su conocimiento y técnicas de conservación, de lo mejor de su capacidad para difundir ese patrimonio, y considero que la tarea no puede ser más noble y enorme”, comentó en entrevista.
Quien fuera directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) de 2006 a 2009, reconoció la labor que Sergio Raúl Arroyo García desempeñó durante siete meses frente al instituto y aseguró que continuará con las líneas de trabajo propuestas por él. “Hago un reconocimiento a su labor, me propongo continuar las líneas importantes de su trabajo y ser capaz de tener un diálogo con el instituto, innovar también en proyectos que puedan agrandar la tarea del instituto, un diálogo pleno con la sociedad, en una línea transversal de trabajo con el gobierno federal y con las entidades federativas y los institutos”, comentó.
En diciembre de 2012, Arroyo García tomó posesión del cargo en una ceremonia realizada en el Museo Nacional de Antropología, donde fue recibido entre aplausos y felicitaciones de la comunidad académica. Pero a pocos días enfrentó las acusaciones por las irregularidades en la construcción de un Wal-Mart en la zona arqueológica de Teotihuacan en 2004.
El etnólogo también se desempeñaba como director del INAH por segunda ocasión.
En su primera etapa como director, de 2000 a 2005, renunció de su cargo por diferencias con la entonces directora de Conaculta, Sari Bermúdez.