Elena
ALEGRÍA. Elena Poniatowska y su hijo Felipe Haro. (Foto: LUCÍA GODÍNEZ EL UNIVERSAL )
Elena, eres un orgullo que se bebe, se unta, se proyecta. Eres una mexicana de ojos grandes y rostro de traspiés. Eres la playa en que todos confían. Naciste para fascinar y aparte de ti misma lo consigues con la variedad de tus historias: escritura de hechos y amores de pan con leche.
Querida Elena te abraza Migue. Y lo que me dijiste de Tina, ps ps ps, juré no contarlo a nadie y menos a Leonora. Te veo en la literatura mexicana desde el 68. Desde antes, pues; pero el 68 nos unió en un clamor que no termina.
Siempre fue una escritora sin miedo, capaz de sonreír de la misma manera a los indígenas de Chiapas que al público de Los Mochis que jugaban a la bolichi con unas cuachas de tochi.
El tema de Elena es México, un país atormentado que vive perdido en un reloj sin manecillas. Elena, cuenta, propone, dispone; es un ejemplo de creadora activa y serena que juega con misterios y cena la ciudad a media noche. Cada uno de sus libros es una pieza única. Sus lectores presumen, presumimos, de haber viajado al centro de la vida leyendo a Elena, que ahora es Premio Cervantes: nada menos. Este día, 16 escritores y 14 periodistas nacimos en Polonia.