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El currículum de Marina, un misterio

Abida Ventura| El Universal
Sábado 05 de octubre de 2013
El currculum de Marina, un misterio

ESCULTURA. Aún es analizada por los expertos que realizan un dictamen sobre su estado . (Foto: YADÍN XOLALPA EL UNIVERSAL )

La empresa que intervino “El Caballito” argumenta experiencia, pero su trayectoria es desconocida

abida.ventura@eluniversal.com.mx  

¿Quién es Javier Marina?, ¿cuál es su experiencia en restauración de monumentos y piezas de metal?, ¿cuál es el proyecto que presentó para que le fuera otorgado por adjudicación directa el proyecto de intervención de El Caballito? Son algunas preguntas que surgieron luego de que el INAH dio a conocer que los encargados de la intervención a la obra de Manuel Tolsá aplicaron sobre la escultura un ácido que le provocó daños, posiblemente, irreversibles. Las dudas sobre el currículum de la empresa Marina, restauración de monumentos, contratada por la Autoridad del Centro Histórico para esa obra, ha sido uno de los temas más comentados por arquitectos y restauradores especializados en el tema, quienes aseguran desconocer la trayectoria de Marina.

“Llevo 20 años en esto, te voy a mostrar las fotografías del antes, durante y después de todas las obras que he hecho. Son por lo menos unas 50 en el DF, con la misma técnica que empezamos a emplear en El Caballito; ahí hubo alguien a quien no le pareció, pero así se trabajan los metales”, responde Arturo Javier Marina Othón, en una visita que este diario hizo al domicilio de la empresa (Cacahuatales 57, interior 301, Residencial Hacienda Coapa), dato que proporciona el Padrón de Proveedores o Contratistas 2013, localizado en el Portal de Transparencia del Gobierno del DF y que también ha sido dado a conocer en el grupo de Facebook “ El Caballito, Conservación”, el cual logró detener la intervención.

Marina, quien sostiene que ha realizado proyectos para la UNAM, el Fideicomiso y la Autoridad del Centro Histórico, fue sorprendido a la entrada de ese domicilio: “Tengo una declaración para ustedes sólo que me gustaría hacerlo dentro de un par de días porque debo conocer primero el dictamen del INAH”, indicó, tajante y breve.

“Tengo las fichas técnicas de lo que he hecho. Tengo la aprobación del INAH y del INBA de otras esculturas y ahora resulta que me niegan la autorización, todo eso se los daré a conocer”, agregó.

Las dos décadas de experiencia en la restauración de esculturas y monumentos históricos con componentes metálicos fue lo que argumentó también el Fideicomiso y la Autoridad del Centro Histórico en el boletín de prensa que emitieron tras darse a conocer el dictamen previo del INAH. Entre la obras atribuidas a Marina se mencionó la restauración de esculturas y fuentes de la Alameda Central. Pero, en las obras de rehabilitación de 2012, esas obras fueron intervenidas por la empresa Sackbé S.A. de C.V. “La mayor parte de la gente del medio, que es muy cerrado, no lo conoce; y a mí me molesta que lo relacionen con el trabajo serio que nosotros hicimos”, dice la arquitecta Virginia Arroyo, directora de esa empresa que también intervino el Monumento a la Revolución.

“Lo que creo es que tal vez en algún momento los contrataron para limpiar las esculturas, pero la restauración que se hizo en 2012 la hicimos nosotros y se hizo con todo el protocolo, con licencias y supervisión del INAH”, añade.

La única explicación que se ha obtenido hasta ahora es que en realidad los trabajos de Marina se realizaron en 2010, cuando la Secretaría de Obras llevó a cabo una serie de trabajos de mantenimiento y limpieza en fuentes y esculturas de la Alameda.

Desde hace dos semanas, miembros de “El Caballito, Conservación” han solicitado conocer el contrato otorgado a Marina, pero hasta ahora no ha habido respuesta. La única información pública existente es un contrato celebrado entre el Fideicomiso y la empresa para servicios de mantenimiento de las Bancas del Fideicomiso. El contrato tiene vigencia del 2 de febrero al 31 de diciembre de 2013 e indica un monto mínimo de 20 mil pesos y un máximo de 174 mil pesos.

Inti Muñoz, director del Fideicomiso, explica que ese contrato venció en mayo y consistió en el mantenimiento y reubicación de 14 de las 80 bancas que originalmente fueron colocadas en Paseo de la Reforma y que en los últimos años han sido reubicadas en distintos puntos del Centro Histórico. Por estos servicios, la empresa de Javier Marina cobró, hasta ahora, 172 mil pesos. “Tenemos todavía un pago pendiente”, dice Muñoz.



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