El circo, maroma y teatro de Posada, en el Museo de la ciudad
PROMOCIONAL. Una mujer mira el cartel de la muestra en el Museo de la ciudad. (Foto: ARIEL OJEDA / EL UNIVERSAL )
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Hace poco más de un siglo, los carteles eran el medio para invitar al público a una función de teatro, circo o cinematógrafo, una pelea de gallos, una corrida de toros o un baile, o a un espectáculo de variedades. Pegados en los muros o entregados a la gente por repartidores precedidos de fanfarrias, los carteles eran hechos en papel de china y contenían datos sobre el espectáculo, reparto, lugar, horarios, precios.
Recargados con diversas tipografías y elementos que el impresor añadía, eran también espacio para que ilustradores como José Guadalupe Posada representara ahí una escena que ilustraba un acontecimiento histórico, imaginaba el espectáculo o la escena teatral, representaba el drama social o despertaba la curiosidad con toda clase de detalles alrededor de lo que iba a ser la pelea de gallos o la obra en cuestión.
Esos carteles, que por mucho tiempo han sido un documento que cada empresario debe entregar a la autoridades recaudadoras, es lo que hoy permite que en el Museo de la Ciudad de México se exhiban 54 carteles originales, inéditos y restaurados, todos ellos ilustrados por Posada.
Provenientes del Archivo Histórico “Carlos de Sigüenza y Góngora” del Distrito Federal, que en los últimos ocho años ha hecho el rescate y restauración —lo que en palabras del director del Archivo, Carlos Ruiz Abreu, les garantizará una vida de más de 100 años—, los 54 carteles conforman la exposición Posada. Circo, maroma y teatro, que se suma a las conmemoraciones por el centenario de la muerte del grabador e ilustrador.
Nacido en Aguascalientes en 1852 y muerto en la ciudad de México el 20 de enero de 1913, Posada desarrolló su obra en su ciudad natal, luego en León, Guanajuato, y finalmente en la Ciudad de México, donde llegó a finales de siglo XIX; en la capital rápidamente creó obras que fueron publicadas por distintos impresores, como Venegas Arroyo.
Posada fue al mismo tiempo ilustrador, grabador, caricaturista, publicista, diseñador, periodista, cronista gráfico; dibujó libros para niños, hojas con la crónica de la noticia, juegos de mesa, cartas, cancioneros, carteles.
Lo que llegaba a los carteles
Los “programas-sábanas” o “programas-carteles” tenían una serie de avisos, como titulares, y detalles de diseño que enmarcaban y enfatizaban lo que vendría. En la exposición se pueden ver algunos que hacen referencia a una inundación en Guanajuato, al cólera que azotó al país en 1833, a la puesta de óperas como La Tosca, a la representación de obras con títulos tan espectaculares como El asesino de la roca negra!!, La guerra civil o el parricida, El judío errante; o para asistir a clásicos como Julieta y Romeo.
Los programas tenían lugar en teatros inexistentes ya como el Cervantes o el Guillermo Prieto. Los carteles medían por lo general entre 30 por 80 centímetros. En uno, del 10 de julio de 1909 que promociona Los estragos del cólera y Bruna, la Turronera, se ven cuatro dibujos de Posada que representan el drama de la muerte, entre calaveras, un pico y una pala, y muchas lágrimas, y se lee un texto que resume la importancia de esos espectáculos en la sociedad:
“Para pintar con caracteres vivos una época de la Historia, y grabada en el ánimo de nuestros contemporáneos, nada más a propósito que el TEATRO DRAMÁTICA, porque sin apartarse del fin de solazar el ánimo, realiza la alta misión de ilustrar los acontecimientos y vivirlos para mejorar la condición del obrero que no tiene libros, que favorezca su instrucción. El Teatro de la comedia la instruye deleitando y hé aquí por qué una gran porción de nuestro pueblo acude á llenar las localidades de nuestro Teatro Cervantes que es el único que hoy trae á la escena la literatura Nacional.”
El rescate
El director del Archivo Histórico destacó que la muestra permitirá ver además el trabajo de rescate de las piezas. Se trató de un proceso especializado de diversas etapas que incluyó el tratamiento del papel de china (fibra de madera), pues tenía un alto grado de acidez y resequedad; se eliminaron dobleces y se hizo una limpieza a fondo. Las obras restauradas ya se encuentran digitalizadas.
Para Ruiz Abreu, los carteles dejan ver aspectos sociales, culturales y económicos de la época, incluso mensajes políticos.
Alfredo Cruz, director del Museo de la Ciudad de México, dijo que muestra también cómo el trabajo de Posada incluía tanto promoción de espectáculos suntuosos como populares.
La muestra, que hoy abre al público, permanecerá hasta marzo en el Museo de la Ciudad de México (José María Pino Suárez 30). Habrá visitas guiadas y talleres.