Desde Oaxaca, aliento a la música tradicional
ESFUERZO. El Diplomado Música Nueva para Bandas de Viento estrenó en su primer año 17 obras. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
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El Taller de Creación Musical de Oaxaca, creado por el compositor Víctor Rasgado, con el apoyo del artista Francisco Toledo, cumple 10 años de existencia. En una década han estrenado alrededor de 120 obras de jóvenes compositores que han sido guiados por creadores de primer nivel, como Mario Lavista, Tambuco, Marcela Rodríguez, Lourdes Ambriz, Juan Trigos, entre otros. El resultado se verá reflejado en la edición de un disco doble con las mejores obras, que está próximo a aparecer.
Este 2013 cumplen tres años de haber abierto el Diplomado Música Nueva para Bandas de Viento, con el objetivo de crear un repertorio para bandas de aliento de gran tradición en México, que se ha ceñido a arreglos para orquesta sinfónica por ser considerado un género menor. En esta edición se crearon una veintena de obras para soprano y tenor, que fueron estrenadas en Oaxaca.
En el marco de estos festejos, el Taller impulsa el Concurso Iberoamericano para Banda Sinfónica, el primero en su tipo en México, con un monto de 100 mil pesos para la obra ganadora —cuya convocatoria se cierra en agosto de 2014—, con el que se continuarán los esfuerzos por estimular la creación musical contemporánea en Iberoamérica, y propiciar la creación de obras para estas agrupaciones.
El Taller nació tras varios encuentros entre Toledo, Rasgado y la musicóloga Cristina Gálvez, en los que se estableció que no había espacios que fomentaran la composición en el estado, entre otras cosas porque no existe en la entidad un Conservatorio.
“En Oaxaca hay mucho talento pero la gente debe ir hacia otras ciudades para aspirar a hacer una carrera, así que decidimos crear un taller con la claridad de que no debería de sustituir a un Conservatorio, pero que podría ayudar a los compositores con cierto nivel a que conocieran cómo se ha desarrollado la composición después de la segunda mitad del siglo XX, cuando se abandona el sistema tonal”, explica en entrevista Víctor Rasgado.
Una vez ideado el proyecto se buscó el apoyo de la Secretaría de Cultura del estado, del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, además Toledo ofreció la sede del Cine-Club El Pochote, aunque luego se fueron a la Fonoteca Eduardo Mata y finalmente al Centro de las Artes de San Agustín Etla, en donde se han establecido los últimos cinco años; todos estos espacios han sido impulsados por el artista.
El objetivo más importante del Taller es fomentar la composición, por eso cada seis meses para instrumento solista programan un concierto para el estreno de la obras. El primer concierto con el que se vieron los primeros resultados ocurrió el 2 de diciembre de 2003 en El Pochote, con los solistas Óscar Romano y el percusionista Ricardo Gallardo, de Tambuco.
“Entendimos que son compositores jóvenes, pero que necesitábamos solistas muy profesionales y para nuestra fortuna así ha ocurrido. Los compositores se han dado cuenta de que siempre deben escribir muy bien porque será un orgullo tener solistas de gran nivel como los que hemos tenido”, dice Rasgado, quien ha escrito obra música de cámara, para orquesta, coro y óperas.
En busca de la música de banda
La música de banda, dice, es uno de los más valiosos patrimonios culturales que conforman la identidad de Oaxaca y del país, dado que ésta es protagonista en festividades de cualquier índole, y está presente en la vida cotidiana de las localidades.
De manera que revalorar las sonoridades de estos ensambles de maderas, metales y percusiones, que desde finales del siglo XIX se hallan asentados en casi todo el país, así como proponer nuevas direcciones y posibilidades para la composición académica en torno a la banda sinfónica, fueron los motivos para crear el Diplomado Música Nueva para Bandas de Viento, que sólo en su primer año estrenó 17 obras de las 24 que se crearon; en el segundo se estrenaron ocho obras para banda y solistas, y en el tercero, para banda y voz, 10 obras.
Desde entonces, el Diplomado ha visto nacer obras con diferentes temáticas, por ejemplo “Xochitepec desde mi cuarto”, de Jacques Zafra, que aborda las tradiciones de un pueblo en Xochimilco, al sur del DF, en donde las fiestas del 3 de mayo, día de la Santa Cruz, duran una semana; y “Funerals”, de Eduardo Ferrés, quien escribe sobre la práctica de tener música durante las procesiones fúnebres que se realizan en Oaxaca.
“Casi en cualquier lugar del país hay una banda, cuya característica es que leen música. Dada su importancia en la cultura musical del país, consideramos muy importante que las bandas no sólo hicieran arreglos de obras clásicas, sino que tuvieran sus propias composiciones contemporáneas, obras pensadas para ellos”, cuenta.
Rasgado añade que las composiciones que se crean en este diplomado innovarán en más de un sentido el repertorio para bandas de viento puesto que se escribe para instrumentos atípicos de estos ensambles. Asimismo, espera que este esfuerzo motive a otros compositores al darse cuenta de todas las posibilidades que tienen las bandas. “En el segundo año se crearon obras para voz y una de las cantantes fue Lourdes Ambriz, los resultados fueron realmente extraordinarios”.
Estas obras tienen la intención de ser tocadas en todo el país, por eso se publicó el libro Música Nueva para Bandas de Viento, editado por la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca, con 17 obras que se estrenaron. “Hasta ahora sabemos que se han seguido tocando en Puebla, pero esperamos que nos conozcan más y para eso es necesario dar a conocer con más énfasis el libro. Son piezas para bandas profesionales porque es cierto que hay muchas para niños, pero debido a su complejidad son ideales para ensambles más establecidos”.
Rasgado hace un corte de caja. “Estamos orgullosos de muchas cosas, sobre todo de que los compositores participantes han continuado sus carreras, varios de ellos ya son tocados incluso en Europa. Aunque es cierto que en estos ámbitos falta mucho por seguir avanzando”, concluye.