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El primer año de la administración de Rafael Tovar y de Teresa al frente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) se ha definido por dos cosas: consolidar un programa nacional de cultura y terminar los pendientes que dejó la gestión de Consuelo Sáizar, como la conclusión de obras, la creación de premios coyunturales y cubrir el endeudamiento de más de 460 millones de pesos.

Al principio de su administración Tovar definió los ejes fundamentales de su gestión: reconstrucción del tejido social, agenda cultural digital, fortalecimiento de la imagen de México en el mundo y aprovechamiento del patrimonio y la infraestructura. Un año después, se mantienen y se añadió uno más: movilización de los recursos culturales y desarrollo productivo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario enlista de memoria la serie de acciones “muy intensas” que ha ejecutado en un año: incrementar recursos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, el desarrollo de 545 exposiciones entre México y el extranjero (con presencia en los cinco continentes), la presentación del Programa Piloto de Verano para la transformación social a través del arte, el incremento del fondo para la traducción, entre otros; pero se detiene en la herencia que dejó Sáizar: Centro de la Imagen, Cineteca Nacional, Estudios Churubusco, Ciudadela, el perfil de la Estela de Luz y el conflicto vecinal que causó la creación del Centro Cultural Elena Garro en Coyoacán.

Sobre el primero, advierte: “Lo recibimos cerrado y lleva parado dos años”. Del resto, el funcionario hace un recuento de cómo el mejoramiento de los inmuebles, salvo la Estela y la librería, eran parte de un proyecto a largo plazo. Tres de ellas, Cineteca, Estudios y Ciudadela, las recibió con 65% de avance.

“Les dedicamos recursos de este año y mucho trabajo y energía que hubiéramos podido utilizar para otros proyectos, pero vale la pena terminarlos muy bien y definir sus programas de trabajo y rentabilidad, así como un modelo de administración que permita hacerlos muy eficientes”, refiere.

Tovar y de Teresa asegura que en conjunto con las secretarías de Hacienda, de Función Pública y de Educación realiza una evaluación de los avances de las obras y se analizan los motivos de por qué no se concluyeron en tiempo y forma, para así tener un plan “muy claro” que les permita terminarlas a lo largo de 2014. Hasta ahora, ninguna tiene una fecha definida de conclusión.

“Ha sido necesario replantear aspectos muy puntuales de cada uno de los proyectos”, advierte.

Fincar responsabilidades de los atrasos, dice, no es una tarea de su competencia. “Que cumplan con su deber las instituciones que están haciendo la revisión, la Auditoría Superior de la Federación, Función Pública y el Órgano Interno de Control. Yo no tengo elementos ni la vocación para hacer ese análisis”.

Más pendientes

Del Centro Cultural Elena Garro, que define como una librería, asegura que también se están resolviendo no sólo las filtraciones de agua que presenta y otras adecuaciones al inmueble, como el estacionamiento, sino también las quejas de los vecinos que se oponían a su apertura. “Hay vecinos que han ido entendiendo que es otra alternativa cultural, aunque aún hay otros que se oponen. Es un problema que tenemos que resolver. Es una obra en la que sólo en la administración anterior costó 160 millones de pesos”. ¿Mucho dinero?, se le pregunta. “Pregúntele a los libreros si ese monto es mucho o poco para montar una librería”, responde el funcionario entre risas.

A Tovar y de Teresa se le plantea que para la pasada administración la llamada Megabiblioteca, la Vasconcelos, fue una “papa caliente” que no quiso resolver.

“A las ‘papas calientes’ hay que agarrarlas y enfriarlas. Con todo el dinero que costó lo mínimo que debemos hacer es tener creatividad para que continúe. Es otro problema que heredamos, por eso yo en lugar de andar haciendo cosas nuevas voy a dedicarme a lo que ya gastó el Estado mexicano con recursos de los mexicanos”, dice.

Y añade: “Otra ‘papa caliente’ es la Estela de Luz, pero tenemos que aprovecharla”.

Por eso, advierte, ya está definido que la función del Centro Cultural Digital continuará con esa naturaleza y se añadirá a la Agenda Cultural Digital.

Respecto al pabellón de México en Venecia ubicado en la ex iglesia de San Lorenzo, adquirida en comodato por la administración pasada, el funcionario manifiesta que el próximo año se presentará en El Arsenal gracias a los acuerdos que se establecieron con las autoridades italianas. “Era muy caro, mejor nos vamos a otro lugar donde podamos manejarnos a nuestro modo. En Italia fueron comprensivos con nosotros”.

También habla de los premios literarios Rosario Castellanos y Carlos Fuentes, los cuales, dice, serán revisados. “No quiero dejar de ver el conjunto de los premios sin que se vean las áreas que se atienden y cuáles se descuidan. Hay áreas en las que no tenemos premios o son muy pocos, como en danza, teatro, música y arquitectura. Sobre la realidad mexicana otorgaremos recursos para premiar a diferentes áreas”.

Rafael Tovar se resiste a establecer si el primero desaparecerá y si el segundo reducirá su monto de 250 mil dólares. “No lo sé”, ataja.

Analistas en materia de políticas públicas culturales han coincidido en apuntar que el hecho de que aún no se dé a conocer el Plan Nacional de Cultura es un indicador negativo del primer año de gestión. En los tres últimos sexenios se dio a conocer antes de concluir el segundo semestre. El retraso, defiende el funcionario, se debe a un “problema de agenda”.

“La instrucción del presidente Enrique Peña Nieto fue que empezáramos a trabajar de inmediato y así se ha hecho”, comenta el funcionario.

Como ejemplo cita que uno de los primeros encargos de Peña Nieto fue crear un programa que involucrara a niños y jóvenes en la música. El resultado fue la creación del programa Música en Armonía que se dio a conocer hace unos días.

En 12 meses un cese causó polémica, el de Sergio Raúl Arroyo al frente del INAH. Tovar reflexiona: “Todos somos efímeros en el gobierno, nuestro nombramiento dura mientras existe la encomienda. En el caso de Sergio Raúl, para beneficio de todos, para el INAH y para la preservación de patrimonio, lo sustituye una gente que conoce muy bien el instituto. En muchas de las cosas buenas que dejó Sergio hay continuidad”.

El cese, se le comenta, se leyó como la apertura a una política de comercialización del patrimonio. “Tienen nombre y apellido los que anduvieron diciendo eso, se sienten los caballeros del Santo Grial, pero es totalmente falso”.

¿El puesto es también efímero para usted?, se le pregunta. “¡Por supuesto, empezando por mí! Hay que estar preparado para ser, para no ser y para dejar de ser y yo estoy preparado para las tres”.

—¿Cómo es su relación con el secretario de Educación?

—Muy buena, es un hombre que respeto mucho.

—¿Sergio Raúl Arroyo fue una fricción entre ustedes?

No.

Hacia el futuro

La Agenda Cultural Digital es uno de los ejes que más le interesan a Tovar, por eso, dice, las nuevas tecnologías tendrán que ayudar a subsanar el “eterno pendiente” de México, el fomento a la lectura.

“El gran reto es la digitalización, algo en lo que hemos trabajado constantemente pero que no cacareamos todos los días”.

En este sentido, el presidente del Conaculta explica que para tomar decisiones realizó un trabajo en colaboración con el INEGI, del que se desprende que el año pasado se registraron 41 millones de usuarios de Internet, al menos 31 millones realizaron una búsqueda de temas culturales. El total del análisis será dado a conocer en enero.

“Hay un gran interés, es muy claro, por eso nosotros tenemos que dotar de contenidos, esa es la Agenda Digital que tenemos, no es retórica, es una necesidad”, advierte.

El funcionario está de buen humor, pide pausas para dar opiniones personales, se dice satisfecho de su primer año.