Imagino a menudo
Y pienso en Coré ausente, que tomó
En sus manos el negro corazón resplandeciente de las flores
Y qué cayó, bebiendo lo negro, la irrevelada,
En el prado de luz —y de sombra. Comprendo
Esta culpa, la muerte. Asfodelos, jazmines
Son de nuestro país. Orillas de agua
Poco profunda y límpida y verde, hacen temblar allí
La sombra del corazón del mundo... Pero sí, toma,
Se nos perdona la culpa de la flor cortada,
Toda el alma se curva alrededor de un simple decir,
La opacidad se pierde en el fruto maduro.
El hierro de las palabras de guerra se disipa
En la feliz materia sin retorno.
La Gaceta (1972). Traducción del francés por Alejandra Pizarnik e Yvonne A. Bordelois