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"Arte degenerado" y expoliado a judíos, en el hallazgo en Múnich

El Universal
Martes 05 de noviembre de 2013

15 DE ABRIL DE 1945. Soldados de EU ven la pintura “Wintergarden”, de Edouard Manet, escondida en una mina de sal. (Foto: REUTERS )

Hoy se dará a conocer un estudio sobre ese arte, que fue relegado por el régimen nazi que superó las 21 mil obras

BERLÍN/MÚNICH.— Las autoridades alemanas investigan el hallazgo de mil 500 obras de arte confiscadas por los nazis, que se dieron por perdidas desde hace décadas. Así lo informaron ayer tras el reportaje publicado por la revista Focus.

La publicación dio cuenta de que en un departamento de Múnich la policía halló en 2011 unas mil 500 obras de arte que pudieron haber sido confiscadas a propietarios judíos, adquiridas o, según historiadores de arte, podrían consistir en su mayoría en lo que los nazis consideraban “arte degenerado”.

Se trata de pinturas de artistas como Matisse, Picasso, Chagall, Franz Marc, que compartían habitación con un anciano que, según sus vecinos, pocas veces salía del apartamento. Cornelius Gurlitt era hijo de un comerciante que sacó provecho del régimen nacionalsocialista en el mercado del arte.

Una vez más, fue el azar el que llevó a la policía hasta las obras. Gurlitt llamó la atención de las autoridades en septiembre de 2010, cuando al viajar en tren de Zúrich a Múnich oficiales de aduana le hicieron un control de rutina y preguntaron si llevaba efectivo y aunque él lo negó, al abrir el portafolio aparecieron miles de euros. Era un monto permitido, pero más allá de eso le siguieron la pista.

El hallazgo superó toda expectativa: no eran grandes sumas, sino unas mil 500 obras de arte que se creía extraviadas. Pablo Picasso, Paul Klee o Max Beckmann eran algunos de sus autores.

El anciano no opuso resistencia. Su padre, Hildebrand Gurlitt, adquirió obras de coleccionistas judíos que, ante la persecución nacionalsocialista, se vieron obligados a vender sus pertenencias muy por debajo de su precio. Según Focus, Gurlitt aprovechó la situación. Cierta vez compró 400 obras, todas juntas, por sólo 4 mil francos suizos. Después de la guerra, justificó sus operaciones diciendo que de esa forma había evitado que muchas obras fuesen destruidas o vendidas al extranjero.

¿De judíos o arte “degenerado”?

En 1937, el régimen organizó una gran exposición, que estuvo en varias ciudades, con obras confiscadas tras catalogarlas como “degeneradas”. El ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, ordenó que todos los museos “purgaran” sus colecciones de obras “no alemanas”. Los nazis se proponían demostrar la presunta “degeneración” de los judíos. La muestra, inaugurada por Hitler, ha sido una de las más vistas de la historia.

Tras la publicación del reportaje, historiadores de arte dijeron que los trabajos podrían consistir en su mayoría en esas obras de “arte degenerado” que no necesariamente pertenecía a judíos.

“No sabemos cuántas de las mil 500 son obras ‘degeneradas’ o saqueadas por los nazis”, comentó Christoph Zuschlag, experto en “arte degenerado” de la Universidad de Coblenza.

Advirtió que se debe examinar cada pieza y no sobrestimar el valor de la colección antes de revisarla cuidadosamente. “Necesitamos ver si éstas eran originales o serigrafías”, explicó.

Dijo que de las 21 mil piezas de “arte degenerado” confiscadas de museos alemanes en 1937 o poco después, dos tercios eran serigrafías y sólo un tercio originales.

Este martes, la historiadora de arte Meike Hoffmann dará a conocer un informe sobre el hallazgo. Hoffmann, que trabaja en la Universidad Libre de Berlín, aspira a recuperar más de 20 mil obras robadas durante el nacionalsocialismo. Hasta ahora, la historiadora y su equipo han logrado rastrear unas 10 mil obras que fueron confiscadas de museos y colecciones privadas para la gran exhibición propagandística organizada en 1937 por el nacionalsocialismo.

Las pinturas del histórico hallazgo dado a conocer este domingo, que podrían tener un valor de mil millones de euros (mil 300 millones de dólares), se encuentran en un recinto de seguridad de la aduana de Múnich.

Algunas de las obras ya fueron identificadas: pertenecían a un coleccionista de Dresde, y otras a un editor de Leipzig que mataron en un campo de concentración.

La policía halló marcos vacíos, lo que hace sospechar que vendió varios. La justicia deberá definir si la tenencia de esos cuadros estaba o no fuera de la ley. (DPA y AP)



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