Vargas Llosa: "América Latina es más melodramática que dramática"
EN LA CIUDADELA. El premio Nobel acompañado por Juan Cruz. (Foto: JORGE SERRATOS / EL UNIVERSAL )
yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
El escritor Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, aceptó que El héroe discreto, su más reciente novela, tiene una visión más optimista de su país, porque reconoce que en los últimos años Perú ha cambiado.
“Creo que si esa descripción de la novela es cierta responde muy claramente a que hoy en día tengo una visión mucho menos pesimista de Perú que la que he tenido en el pasado; Perú ha cambiado, como cambian todos los países, creo que en todos los años que yo llevo observando a mi país, nunca lo he visto tan bien encaminado como ahora, en muchos sentidos; hay problemas que son enormes todavía, pero muchos casos son problemas que se empiezan a resolver”, indicó.
Puso de ejemplo la democracia que se ha instalado en Perú desde 2000 y que funciona; han pasado tres gobiernos que responden a partidos políticos distintos, además de que hay consensos muy amplios a favor, por ejemplo, de la economía de mercado, ha crecido la clase media y los nuevos ricos provienen de las clases bajas, como “Felicito Yanaqué”, el héroe de su nueva novela.
Justo del heroísmo, de la heroicidad y de los valores cívicos y morales habló también Mario Vargas Llosa durante la conversación que sostuvo anoche en la biblioteca de La Ciudadela con el periodista Juan Cruz y el crítico literario José Miguel Oviedo.
El premio Nobel de Literatura dijo que no le interesa el tipo de heroísmo efímero y de gran contenido moral, le gustan los personajes que tienen una forma de heroísmo más permanente, constante y profunda, como la de “Felicito Yanaqué”. Señaló que desde la salida de su novela, la crítica ha señalado que El héroe discreto es muy distinta a todas sus anteriores obras, pues aquí hay héroes y siempre trabajó con antihéroes.
“El verdadero heroísmo, el heroísmo realmente admirable y ejemplar es el de esos héroes como un ‘Felicito Yanaqué’, ciudadanos comunes y corrientes que con su conducta valerosa no llegan a los periódicos, no consiguen ni publicidad ni admiración ni premios, sin embargo actúan de una manera que implica riesgos, peligros para ellos, para sus familias, por una cuestión de principios. En toda sociedad hay de esos héroes anónimos que constituyen verdaderamente la reserva moral de una sociedad, gracias a que hay personas así es que funcionan cosas que sos absolutamente indispensables para que la vida sea civilizada y no barbara”, puntualizó el autor de La ciudad y los perros
El escritor reconoció que su novelística bordea siempre lo melodramático y no el drama, y le parece que no es casual porque forma parte de la realidad. “América Latina es más melodramática que dramática. Esa es nuestra realidad”.