"El amor es y no es una enfermedad. Las dos cosas al mismo tiempo", fue la conclusión del patólogo y ensayista mexicano radicado en Estados Unidos, Francisco González Crussí, después de una larga disertación sobre El mal de amores: la obsesión amorosa en el arte y la medicina, tema de su conferencia magistral con la que se inauguró el Foro Interdisciplinario de Ciencia y Cultura organizado por el Centro de Cultura Digital.

El reconocido ensayista mexicano autor de Notas de un anatomista y Sobre la naturaleza de las cosas eróticas, hizo un repaso sobre la clorosis o el mal de amores desde la época antigua hasta el siglo XXI; en los primeros tiempos fue diagnosticada como enfermedad, en el renacimiento se afianzó el padecimiento que en el siglo XIX se volvió una epidemia, para el primer tercio del siglo XXI, la enfermedad fue erradicada, parecía que ya no había doncellas de cara pálida, que infelices soportaban la vida.

González Crussí acompañó su repaso por la patología del amor con una rica mirada a obras artísticas que plasmaron el mal de amores y mostró los símbolos que las "enfermas de amor", que solían estar siempre reposando en camas o divanes y auscultadas por galenos.

Citó también varios estudios realizados en las últimas décadas por la ciencia médica con el fin de detectar en qué partes del cerebro se siente el amor. Lo que le demuestra a González Crussí, que a pesar de los nuevos tiempos, los avances médicos y tecnológicos y la conclusión a la que llegó la medicina en el siglo XX de que el amor obsesivo o el mal de amores no es una enfermedad, el amor sigue siendo objeto de estudio y un tema que le preocupa a la ciencia médica.

Mañana, a las 12 horas en el mismo Centro de Cultura Digital, se realizará la mesa Tecnologías del libre albedrío: un debate interdisciplinario entre la ética y las neurociencias, con la participación de Francisco González Crussí, el antropólogo Roger Bartra, los neurocientíficos Camilo Ríos Castañeda y José Luis Díaz, y la primatóloga Pilar Chiappa.

kal