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Eric Hobsbawm y el futuro de las artes

Patricio Tapia/EL MERCURIO/GDA| El Universal
09:30SANTIAGO | Domingo 29 de diciembre de 2013
El historiador sealaba sobre todo el difcil panorama de la escultura

Crítica. El historiador señalaba sobre todo el difícil panorama de la escultura. (Foto: Archivo/EL UNIVERSAL )

Un tiempo de rupturas es un libro que reúne ensayos del historiador que van de los manifiestos artísticos del siglo XX a los festivales musicales

Eric Hobsbawm, historiador original, de extraordinaria lucidez y amplitud de referencias, ayudó a inspirar una nueva clase de historia social "desde abajo" . Fue, además, autor de una serie de estudios imprescindibles sobre los siglos XIX y XX.

"Un tiempo de rupturas" no es un libro trabajado como una unidad, sino una colección de ensayos, reseñas y conferencias -escritos entre 1964 y 2012 (poco tiempo antes de morir) ; algunos de ellos inéditos- que abordan una variedad de asuntos: desde los manifiestos artísticos del siglo XX o los festivales musicales hasta la ciencia (o más bien científicos) de izquierda, las vanguardias o los cowboys .

Las preocupaciones de muchos de ellos, en todo caso, son las mismas (con el costo de alguna repetición) : la relación entre cultura y sociedad tras el colapso de la alta cultura burguesa en el siglo XIX y lo que queda de ella en el siglo XX. Su punto de partida es que la cultura en su sentido críticamente evaluativo está convirtiéndose en el sentido antropológico puramente descriptivo.

En el trasfondo parece haber cierta melancolía por ese tiempo evanescente, la belle époque , la civilización burguesa europea de la que Hobsbawm fue tanto un producto como un crítico.Futuro y presenteNo todos los ensayos, por cierto, se enfocan en el "mundo perdido" de la civilización burguesa europea. Hay varios sobre el estado de las artes en el siglo XXI.

¿Sus pronósticos?: sobrevivirán la literatura, la arquitectura - "la humanidad no pude vivir sin edificios: la pintura es un lujo, pero las casas son una necesidad" -, quizás la música. La escultura, según él, "vive una existencia triste en las fronteras de lo cultural" , y la pintura "se halla, a mi juicio, en lo que podemos llamar una crisis desesperada" .

¿Qué hacen los artistas, entonces?: "Hacen 'instalaciones' y videos, aunque estas propuestas revisten menos interés que la obra de los escenógrafos y los especialistas en publicidad. Trabajan con objets trouvés que a menudo son escandalosos. Tienen sus ideas, a veces malas. Las artes visuales de la última década del siglo están retrocediendo del arte a la idea" .

En sus mejores momentos, Hobsbawm tiene gran vigor aforístico para la desacreditación. Y es notoria su exasperación ante el arte conceptual idiota o el entretenimiento de masas. "Desde el punto de vista intelectual, los conceptos del arte conceptual suelen carecer de interés, a menos que puedan leerse como bromas, al estilo del urinario de Duchamp" .

En otro ensayo, sobre la noción de patrimonio, anota al pasar: "Damien Hirst demostró con qué rapidez exhibir tiburones diseccionados en formaldehído podía dar origen a la mayor fortuna del arte británico" . (Lo cierto es que el tiburón de Hirst no está diseccionado; otros animales, sí) .

Entre sus reflexiones gruñonas sobre las consecuencias de los progresos tecnológicos y la democratización del consumo estético, dedica un texto a la simbiosis cultural por medio de una "transnacionalidad" (el movimiento de personas para quienes cruzar fronteras no reviste casi ninguna importancia) .

Señala que la globalización no arrasa simplemente con la cultura regional, nacional o de otros tipos, sino que las combina de una forma peculiar. Ejemplifica, entre otras cosas, con la cocina, en la cual -dice-se sientan las bases de "una lucha darwinista por la supervivencia gastronómica" , y en la que parece haber dos vencedores: la cocina italiana y una forma globalizada de la cocina china.Como de costumbre, usa frases y cifras como un puñetazo.

Si argumenta que la música clásica es un museo, señala que ella vive, en lo esencial, de un repertorio muerto: de las cerca de 60 óperas que se representaron en la Ópera Estatal de Viena durante la temporada 1996-1997, solo una era de un compositor nacido en el siglo XX.Mirando hacia atrásAunque agudo y documentado, sobre el presente los mejores ensayos son los que miran el pasado.

Su amigo Perry Anderson dijo alguna vez que el Hobsbawm militante comunista y el Hobsbawm historiador permanecían como identidades separadas. Además de su indiferencia frente a los problemas principales de la historiografía marxista, como historiador, su método era más bien a la antigua usanza, invocando una época por medio de detalles decisivos y la descripción convincente.

El libro tiene un ensayo excelente sobre la idea de la Mitteleuropa como construcción política y cultural. Otros sobre sobre los científicos J. D. Bernal y Joseph Needham. Hay una reflexión sobre el escritor vienés Karl Kraus (1874-1936) , quien vio los horrores del siglo XX y la guerra antes que nadie, y satirizó sobre el desfalleciente Imperio Habsbúrgico con deslumbrante ferocidad. Comenta Hobsbawm que se puede hacer sátira de la Austria de entonces e incluso de la Rusia de Brezhnev. Pero del nacionalsocialismo el locuaz Kraus no pudo hablar: "Sobre el tema de Hitler, no se me ocurre nada" .

En el libro hay ensayos sobre las mujeres entre 1870 y 1914, la vanguardia rusa (Chagall, Kandinsky) , un recuento del art nouveau y una explicación de la línea que une el movimiento Arts y Crafts de Morris con la Bauhaus.También hay textos sobre el arte en la época de los dictadores europeos y sobre el auge y caída de la intelligentsia.

La era de los intelectuales como rostros de la oposición política ha terminado: "En una sociedad que dispone a todas horas del entretenimiento de masas, los activistas han pasado a considerar que los intelectuales resultan menos útiles, a la hora de inspirar buenas causas, que los músicos de rock o las estrellas de cine de fama mundial" . "Los filósofos ya no podían competir con Bono o Eno" .

Cowboys

Uno de los artículos más estimulantes, y hasta ahora inédito, es sobre los orígenes del mito cultural del "vaquero" o cowboy estadounidense, orígenes que son, en un primer momento, europeos, por escritores que no habían pisado Estados Unidos. Contra la mitología del Salvaje Oeste el total de muertos en tiroteos en la principales ciudades ganaderas entre 1870 y 1885 fue de 45, apunta Hobsbawm.

Por otra parte, su figuración como fenómeno de masas es tardío, hacia la década de 1960, transformándose en una auténtica tradición inventada.Hay un ensayo sobre las contribuciones de los judíos a la Europa de preguerra y otro -emotivo en un autor tan poco sentimental- sobre los judíos en Alemania, quienes abandonaron esa pertenencia por la guerra.

Es el propio caso de Hobsbawm (varios de los ensayos del libro fueron originalmente escritos en alemán) . Señala: "Solo aquellos que han experimentado la fuerza, magnificencia y belleza de aquella cultura -que hizo escribir al judío búlgaro Elías Canetti, mediada la Segunda Guerra Mundial, que 'mi intelecto seguirá expresándose en alemán', - pueden comprender plenamente qué significó perderla" .

 

 

cvtp



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