El Museo Jumex seduce con su arquitectura
Video. La arquitectura del edificio es uno de los mayores atractivos que a llevado a 15 mil visitantes a conocerlo
CORREDOR CULTURAL. El edificio de la Colección Jumex se integra con el Museo Soumaya y el Teatro Telcel, al norponiente de la ciudad de México . (Foto: JUAN BOITES / EL UNIVERSAL )
sonia.sierra@eluniversal.com.mx
A un mes de que el Museo Jumex abrió sus puertas, algunas obras de este primer ciclo de exposiciones han resultado muy atractivas para los más de 15 mil 200 visitantes que ha recibido, pero el edificio es la primera pieza que llama la atención de quienes pasan o llegan ahí.
El nuevo museo es visitado igual por estudiantes de preparatoria y familias enteras, que por artistas, universitarios, guías de otros museos, arquitectos o estudiantes y maestros de arquitectura.
Los valores de su arquitectura atraen a muchos profesionales de este arte quienes se apuran curiosos por conocer la primera obra en México del inglés David Chipperfield.
Tras recorrer el lugar, Francisco Sarabia, arquitecto tapatío, describe: "El edificio, como objeto, está en una zona que es muy caótica, pero se posiciona sin querer alardear mucho. Llama demasiado la atención al ser tan discreto. Cuando llegas, tienes el caos de afuera, pero cuando subes la rampa, llegas al atrio y pasas por el marco, te desconectas de lo demás... ahí hay un silencio y te concentras en lo que debe ser lo importante que es la obra que está expuesta".
El mármol travertino que envuelve el nuevo Museo Jumex le identifica y distingue del entorno. Pero esa piedra beige es sólo uno de los rasgos de su arquitectura que atrapa a quienes recorren el edificio: "La luz que entra es maravillosa, parece natural", comenta Gania Cohen, quien es una de las visitantes que celebra que la Colección Jumex sea más accesible a todo el público: "Había oído hablar de la colección, pero estaba tan lejos que nunca había podido ir, ahora en cambio nos la pusieron a tiro de piedra".
En la esquina de Miguel de Cervantes Saavedra y Ferrocarril de Cuernavaca, el nuevo edificio convive con el Teatro Telcel, el Museo Soumaya y Plaza Carso.
Es el primer proyecto de Chipperfield en el país pero no es el primer museo creado por él: el artista creó otros en Europa, Estados Unidos y Asia, como el Fluvial y del Remo en Inglaterra, el de la Literatura Moderna en Alemania; y restauró el Neues Museum, en Berlín.
Entornos
Cuatro estudiantes de arquitectura se detienen a mirar un video en una sala oscura, casi hasta arriba del edificio, donde se muestra la exposición de James Lee Byars, que es coproducida con MoMA PS1.
Han ido a conocer específicamente el edificio; uno de ellos, Guillermo, da su opinión: "Lo que más me llama la atención es el emplazamiento: es un icono y está en frente de otro museo, que igual es un icono de la ciudad; hay que ver cómo van a desarrollarse. Creo que sí se están conectando, hay un flujo de personas para ambos espacios". Junto a él, Karen dice: "Son muy interesantes las entradas de luz, me gustan las escaleras, la perspectiva que se forma cuando estás hasta arriba".
Para Jaime Copado, otro de los arquitectos que recorre la obra, ver el edificio es muy gratificante: "Es una obra bastante buena, la comparo con una gran escultura. Es un museo que supera, por mucho, al de enfrente, está bien pensado en su museografía y resalta todo".
"La curaduría, como está pensada la muestra y el contenido son maravillosos -dice una estudiante de literatura-. Como vengo del Soumaya me parece mejor; en el Soumaya me sentía como en un gran almacén de compras".
Encuentro con las obras
Varias piezas en sala, específicamente en las muestras Un lugar en dos dimensiones y la de Lee Byars, han generado reacciones especiales. La escultura Big lamento, de Gonzalo Lebrija, ha provocado que muchos tomen la misma posición de ese personaje blanco que parece llorar ante la pared; ante la mesa de billar ovalada de Gabriel Orozco hay desconcierto pero la mayoría se detiene a jugar; muchos se agachan a mirar la cabeza de becerro disecada de Damien Hirst, y otros siguen la secuencia del "códice" de Daniel Guzmán: "Es una obra gráfica donde se explica lo que pasa en el país: los vendedores ambulantes, las luchas, las muertes; están los símbolos de los aztecas, es una pieza que es un resumen gráfico y pictórico de lo que es nuestro país en la actualidad", expresa Jaime Copado.
Francisco Sarabia se refiere a las obras: "Me gustaron las galerías, es algo diferente, son propuestas que tienden a buscar sensaciones a veces hasta de asco, no es la simple obra de arte que es bella, son obras que chocan a veces con el espectador para crear sensaciones diferentes a lo que estamos acostumbrados en una obra clásica. Creo que el Soumaya dice véanme aquí estoy, hay demasiadas cosas".
Luis Armando Pérez, quien estudia física en la UNAM, recomienda la muestra de Lee Byars: "Es muy sugerente, transmite mucha soledad; (la pieza de) la conciencia en una cápsula es impresionante, es la conciencia encerrada".
En el Museo Jumex todavía queda por terminar la obra que se ubica en el espacio al aire libre, que es una pieza de Damián Ortega; el clima pospuso su conclusión.
La tienda y librería ya operan y ahí se pueden ver múltiples libros de arte de diversas galerías, museos y editoriales. Uno de los ajustes que se han hecho es que los viernes son libres.
El museo se ha vuelto parte del paisaje: "Está genial. Con la misma tendencia de otros museos: esta estética muy ascética que es parte del estilo contemporáneo. Polanco no es precisamente un espacio cultural que tenga tendencia de arte, de comercio sí, pero no de arte", dice en su recorrido Aldo Iram Juárez.