Restauran bandera de la Revolución Mexicana
Equipo. Los trabajos son encabezados por la restauradora Rosa Lorena Román Torres, quien funge como responsable del Seminario Taller de Textiles de la ENCRyM, en el marco de forma un convenio que comenzó hace varios años con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para intervenir banderas revolucionarias procedentes de la casa de Francisco Villa y el Museo Histórico de la Revolución Mexicana. . (Foto: Notimex )
Un equipo de especialistas de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) trabaja en la restauración de la bandera que fue defendida a sangre y fuego por la brigada Zaragoza durante la Revolución Mexicana.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la pieza, creada el 29 de septiembre de 1913 con motivo de la fundación de la División del Norte encabezada por Francisco Villa (1878-1923), ha sufrido algunos deterioros a lo largo de un siglo de exposición a la luz y al medio ambiente.
Los trabajos son encabezados por la restauradora Rosa Lorena Román Torres, quien funge como responsable del Seminario Taller de Textiles de la ENCRyM, en el marco de forma un convenio que comenzó hace varios años con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para intervenir banderas revolucionarias procedentes de la casa de Francisco Villa y el Museo Histórico de la Revolución Mexicana.
En un comunicado, el INAH recordó que el lábaro patrio fue defendido a sangre y fuego por la brigada Zaragoza, al servir de estandarte en varias batallas de dicho regimiento comandado por el general brigadier Eugenio Benavides (1884-1915) , que peleó al lado del general Francisco Villa.
Para el año de 1915, la bandera fue tomada en Celaya por las tropas constitucionalistas de Álvaro Obregón (1880-1928), revolucionario que se la envió a Venustiano Carranza (1859-1920) como trofeo de guerra.
Inicialmente, relata el comunicado, el estandarte se encontraba en la Sala de Historia del Museo de Armas de la entonces Secretaría de Guerra y Marina desde principios del siglo XX hasta 1947.
Luego fue trasladada a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para que en 1981 la albergara el Museo Histórico de la Revolución Mexicana, en Chihuahua.
Itzel Hernández Luna, estudiante de la ENCRyM, explicó que el lábaro "se conserva el cien por ciento de la pieza original", con excepción de algunas roturas en el campo rojo.
Detalló que en el centro presenta deshilados por el uso; transposición de color y "ahora es roja, blanca y verde, porque durante mucho tiempo permaneció doblada para su exhibición", aclaró la estudiante.
Erika Obregón, quien también participa en la restauración, explicó que la bandera está confeccionada en raso de seda con urdimbre de algodón y trama de seda, sobre los cuales, refirió que eran elementos muy respetados en aquel entonces.
Tras lo mencionado, Obregón aseguró que lo mismo ocurría con la indumentaria religiosa, al ser ésta confeccionada con las mejores telas, por lo tanto, "cuando se hace un estudio por época te das cuenta de que el cambio en los materiales depende del tiempo de paz o de guerra".
Explicó que antes de intervenir en la restauración, la pieza fue sometida a varias pruebas, ejemplo de ello es un análisis con pistola de fluorescencia de rayos X que permitió identificar que el escudo fue realizado al óleo y las letras se hicieron con purpurina de latón.
La alumna también dio cuenta de una mancha de titanio localizada en el campo rojo, este material se empezó a usar en 1940, cuando la bandera ya estaba en resguardo de la Sedena.
De esta forma, se hicieron pruebas de colorimetría y se detectó que los tonos de las telas son sintéticos, por lo que se concluyó que la bandera había tenido una intervención previa en el año de 1980, en la que le colocaron una crepelina de seda cosida con hilo rojo del mismo material.
Después de varios meses de observación e investigación sobre la bandera y las telas que la conforman, se procedió a una limpieza de las telas de los campos y a la alineación de los hilos sueltos con la finalidad de corregir las deformaciones.
Lo anterior se logró con un sistema de refuerzo por costura en donde se colocaron soportes de sedas (tafetanes y crepelinas) teñidas con tonos lo más cercano posible a los originales, todo esto cosido con la puntada de restauración e hilo de seda.
Finalizada la faena se dieron las pautas para el cuidado y mantenimiento post-restauración, cuando se haga su exhibición, transporte y depósito.
sc