Con el título "Bajo cuatro ojos: ver, leer, escuchar retratos" , el Museo de Arte de Karlsruhe propone desde hoy y hasta el 20 de octubre un interesante juego: reunir los retratos de 50 artistas con las impresiones de poetas e intelectuales contemporáneos para descubrir el resultado de su interacción.

Para la muestra el Museo escogió 50 de los casi 450 retratos de su colección de viejos maestros de los últimos cinco siglos, como los de Peter Paul Rubens, Rembrandt, Edouard Manet, Auguste Renoir, August Macke y Otto Dix, que se completan con 30 dibujos retrato de James Ensor, Karl Hubbuch, Erich Heckel, Edouard Vuillard y Hanna Hagel, entre otros.

El desacostumbrado proyecto consistió en lo siguiente: renombrados escritores, intelectuales y expertos en arte -como el escritor Martin Walser, el filósofo Peter Sloterdijk o la Nobel de Literatura Herta Müller, entre otros como Brigitte Kronauer o Juli Zeh- fueron invitados a escoger uno de los retratos de la valiosa colección del museo y a escribir un texto inspirado por el mismo.

El resultado: estudios sobre la personalidad, impresiones, poesías, cartas, diálogos o diarios imaginarios e historias que arrojan una nueva, sorprendente y divertida mirada sobre viejos maestros de la historia del arte desde el siglo XV.

El resultado es una entretenida y exigente muestra que intenta descubrir qué pueden decir hoy en día los retratos de los artistas más reconocidos de la pintura holandesa, alemana y francesa de los últimos cinco siglos (1480-1980) .

"Bajo cuatro ojos: ver, leer, escuchar retratos" ofrece al espectador una experiencia informativa, profunda y a veces incluso estrambótica.

Tras una exposición de imágenes de 21 metros de largo, a los visitantes les espera en la siguiente sala un retrato en miniatura de un sabio del siglo XV: es el retrato más antiguo de la colección, que representa al conocido "Maestro de la vida de Maria" .

La interpretación de este cuadro le fue concedida a la artista invitada más joven del proyecto, Nora Gomringer. El resultado es un monólogo ficticio que traspasa siglos y generaciones.

La marquesa Versonica Spinola Doria (1606/7) posa para Rubens, que hace desaparecer su figura debajo de un amplio cuello de encaje y de un pesado vestido negro, en un juego para descubrir su personalidad. Según propone en otro trabajo la crítica de literatura y escritora Angelika Overath, el retrato supone el descubrimiento de la aristócrata como individuo por parte del pintor.

Hay retratos que sólo se revelan al espectador a través de la investigación o de los comentarios ficticios.

Los espectadores pueden recorrer la exhibición, tomarse su tiempo para leer el libro del catálogo o escuchar las propuestas de la audioguía para descubrir una muestra en la que nada es lo que parece a primera vista.

Por ejemplo, el húsar que pintó Johann Georg Dathan Mitte en el siglo XVIII es una mujer. ¿Por qué el disfraz? "Los retratos esconden secretos" , señala la curadora de la exposición, Kirsten Voigt.

Precisamente las interpretaciones de los escritores e intelectuales invitados pretenden provocar la reflexión de los visitantes, para que vayan más allá de la evidencia visual.