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"Fobaproa: expediente abierto"

Raúl Rodríguez Cetina| El Universal
Miércoles 20 de octubre de 1999

Andrés Manuel López Obrador es, seguramente, el político de oposición más informado sobre el tema del Fobaproa porque cuenta con pruebas irrefutables con las que ha denunciado ante la justicia y la opinión pública, este dramático saqueo de la economía mexicana.

Recientemente publicó este libro en el que cuenta la manera de cómo se llevó a cabo la decisión política de convertir la deuda privada de un grupo de banqueros y de grandes empresarios, en deuda pública, lo que quiere decir que el pueblo pagará lo que se transaron los grandes millonarios, cuyos nombres se encuentran en la lista de Forbes.

Esta fraudulenta maniobra sólo se pudo realizar debido a la red de complicidades y componendas que existe entre el poder económico y el poder político. Andrés Manuel asevera que este suceso deja en claro que el PRI no gana sin dinero y los especuladores no ganan sin el PRI. Sus documentos demuestran el contubernio entre financieros y políticos, quienes frenan el desarrollo del país. Afirma que Madrazo y Labastida representan lo mismo porque forman aparte de quienes cometieron el saqueo más grande en la historia del México poscolonial. Por lo tanto, un país más justo sólo lo tendremos si sacamos del poder a ese partido que se empecina en seguir gobernando.

Para que Andrés Manuel llegara a conocer los secretos de este fraude, tuvo que vivir un episodio que parece de novela. La madrugada del 5 de junio de 1995, dos desconocidos le entregaron en el Zócalo capitalino 45 cajas que contenían el archivo de la Secretaría de Finanzas del PRI en Tabasco. Posteriormente se enteró que eran militantes del PRD en Villahermosa y que descubrieron los documentos en una casa abandonada, donde vivió gente del PRI.

Algunas cajas contenían expedientes de distintas secretarías del PRI, además de nóminas, talonarios de chequeras y fichas de depósitos. Entre los documentos encontraron pruebas de que Madrazo había gastado en su campaña, por la gubernatura de Tabasco, 72 millones de dólares. En la votación obtuvo 290 mil votos, por lo que cada uno le costó 250 dólares. En 1992, Bill Clinton gastó, en su campaña presidencial, 50 millones de dólares. El "New York Times" le dedicó una página al asunto.

Madrazo, tan afecto a la publicidad, le pagaba mensualmente a Francisco Montero, su publicista de entonces, 120 millones de viejos pesos.

Se hicieron las denuncias formales, pero el 5 de junio de 1996 la Procuraduría General de la República envió a la Procuraduría General de Justicia de Tabasco, los documentos, "para su continuación y perfeccionamiento legal". Obvio carpetazo.

Muchos millones se manejaron en Banca Confía, propiedad de Jorge Lankenau Rocha, quien actuaba en contubernio con Carlos Cabal Peniche, dueño de Banca Unión, y los documentos muestran que entre ambos se otorgaban créditos cruzados.

En 1999 Madrazo aceptó que Cabal Peniche le había financiado su campaña, pero también la de Luis Donaldo Colosio y Ernesto Zedillo. El profesor Hank aseguraba que "en política todo lo que se puede comprar con dinero resulta barato".

En este libro viene la historia de la venta tramposa de los bancos que llevó a cabo Carlos Salinas de Gortari. Aseguradora Asemex fue limpiada por el gobierno en 510 millones de dólares y vendida a Alfonso Romo en 120 millones de dólares.

El libro incluye un disco compacto con los expedientes.

Andrés Manuel López Obrador, "Fobaproa: expediente abierto", Editorial Grijalbo.



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