Emerge de las ruinas templo del siglo XVI
Con la contribución modesta de algunos de sus mil habitantes, el envío económico de algún "mojado", el aporte del curato y el celo de conservar sus creencias y su historia, Santa Cruz El Grande, Jalisco, lentamente recupera uno de sus orgullos comunitarios: el Hospital de Indios del siglo XVI. El entusiasmo es tal, que estos jaliscienses piensan volver a consagrar el templo ?ubicado a 100 kilómetros de la ciudad de Guadalajara, hacia los límites de Jalisco y Michoacán, cerca de la rivera del lago de Chapala?, el próximo 8 de diciembre, día de la Purísima Concepción. Desde 1993, gracias a la donación de un millar de ladrillos, un aporte de trabajo de albañilería y contribuciones que son modestas, el proceso de restauración de este monumento que perdió sus funciones como templo hace alrededor de 200 años, no se ha detenido. "Esta obra ha costado muy poco porque no está en función de alguna iniciativa oficial, sino que los habitantes de Santa Cruz El Grande, a través de un patronato, consiguen poco a poco los recursos necesarios. Esto, sin contar que los involucrados no cobramos, a menos que se trate de trabajo especializado, que ha sido posible solventar con la ayuda del gobierno de Jalisco", refirió el responsable técnico de los trabajos, el arquitecto Ignacio Gómez Arreola. En este caso no se trata únicamente del rescate del patrimonio tangible sino también del patrimonio intangible, aseguró el experto. "No estamos hablando solamente de una de las pocas construcciones jaliscienses del siglo XVI que no han sido destruidas o alteradas. También hablamos de la cultura de un pueblo que resguardó con verdadera devoción seis imágenes de la Virgen de la Concepción de los siglos XVI al XIX; un retablo, que ya restauramos y volvimos a colocar en su lugar; dos tibores de Tonalá del siglo XVIII ?de los cuales sólo tenemos algunos ejemplos en Europa?, y unos anales o manuscritos que dan testimonio, en náhuatl, de las personas que generación tras generación, entre 1640 y 1860, mantuvieron estos bienes bajo su custodia." Aunque Gómez Arreola no ha visto los originales de estos documentos, por el celo con el que los responsables de la cofradía guardan sus tesoros, narra que ha podido leer enumeraciones como "tantas vacas, tantos puerquitos", en las fotocopias que le fueron concedidas. Sobre los hospitales de indios, Ignacio Gómez Arreola planteó que en su denominación aluden a la hospitalidad y no corresponden al concepto de hospital que ahora tenemos. Se trata de un tipo de organización que el padre Vasco de Quiroga fundó a partir de las ideas de Tomás Moro. Eran agrupaciones de tipo religioso y productivo para beneficio de la comunidad, que funcionaban todo el tiempo y cuando no recibían la visita de algún sacerdote eran los responsables de éstas las que se encargaban de realizar el culto y de manera especial hacían las alabanzas sabatinas a la virgen. Sobre el hecho de que hasta ahora los especialistas no hayan vuelto sus ojos hacia este monumento, una de las edificaciones más antiguas de lo que fue la Nueva España, el arquitecto comentó que probablemente se deba a que era una ruina y a que se trata de un lugar muy modesto, con una población semejante a la que tenía en la Colonia ?mil personas ?, que en la actualidad se distribuyen en un espacio de seis manzanas de largo por seis manzanas de ancho. Con emoción el especialista narra la manera en que Santa Cruz El Grande recibió, en febrero de este año, la llegada de las seis imágenes de la Virgen talladas en madera y el retablo que estuvo desmontado de su sitio por alrededor de 200 años. "Bailaron unas danzas con chirimía y violín y no quisieron usar el teponaztle que guardan entre sus bienes porque a mi ver lo consideran un bien histórico. Fue un momento importante porque al recuperar sus imágenes afloró el deseo de danzar y de continuar con sus tradiciones", relató el restaurador. Los muros tenían muchas grietas que fueron inyectadas con materiales especiales, por gente del lugar, siempre bajo la vigilancia y la asesoría del Instituto Nacional de Antropología e Historia, refirió el titular de la obra. El recuento de los trabajos de nueve años incluye pavimento, la construcción y colocación del coro, la construcción de una base para el retablo y colocación del mismo, y la restauración de las ocho imágenes de la virgen. El paso siguiente en este proyecto es por demás importante, porque se trata de la pintura mural que conserva el Hospital de Indios. "Ésta se encuentra debajo de 20 capas de pintura a la cal. Son ?dijo el arquitecto? vestigios de pintura hecha en trazos primitivos, en los que hasta el momento sólo se puede apreciar las siluetas de unos frailes, unas cenefas y otros detalles decorativos con características indígenas", finalizó.
La comunidad en guardia permanente
Del cuidado con que la comunidad mantiene en secreto el lugar donde se encuentran algunos de los objetos que conservan desde el siglo XVII, el entrevistado manifestó que cuando empezaron las pláticas para llevar el retablo a una exposición en Guadalajara, la oposición fue rotunda. "Hasta me hablaron del robo de unas campanas 40 años atrás. Les dije que no me hacía responsable de tal ilícito, debido a que en ese entonces yo ni siquiera había nacido. Por fortuna accedieron, y el nombre de Santa Cruz El Grande fue escuchado por primera vez por muchas personas, por la exhibición de esta pieza de arte renacentista de principios del siglo XVII."
Era un edificio sin techo
Al comenzar los trabajos de recuperación, los especialistas se encontraron con un edificio al que se le había caído el techo 150 o 200 años atrás. Esta parte fue restablecida con el sistema tradicional de vigas de madera y ladrillo, que localmente se llama terrado.





