La agresión a los murales del pintor español Josep Renau y del mexicano José Reyes Meza, ha provocado la irritación internacional y grupos de artistas ya están solicitando una enérgica llamada de atención de la UNESCO al gobierno mexicano para que se finque responsabilidad a los autores "intelectuales" de este daño al patrimonio cultural universal.

La exigencia proviene de la misma Fundación Josep Renau, con sede en Valencia, España, y que ya dirigió un comunicado a Koichiro Matsuura, en París, para que intente ejercer las "presiones necesarias" para delimitar las responsabilidades y al mismo tiempo llama a la comunidad artística e intelectual del mundo para que envíen cartas de respaldo a esta denuncia.

Representantes de la misma Fundación Josep Renau ya han designado como su representante en nuestro país a la abogada mexicana Angelina Cue para iniciar los trámites necesarios, y pronto se espera incluso la llegada de representantes del pintor valenciano, para evaluar los daños a la obra de Renau, a quien se compara con Diego Rivera en aquel país.

"Yo mismo me integraré a esta comisión de evaluación con mis peritos", dice en entrevista con este diario el pintor José Reyes Meza, "y si hay que llegar hasta el fondo, llegaremos", sentencia.

"¡Es una brutalidad la que han cometido! ¡Es un crimen!", dice irritado el artista, autor de una parte de los murales destruidos con barreta, cincel y mazos en el Casino de la Selva, en días pasados, y quien sabía, desde el mes de junio, que se encontraban en mal estado los muros con las creaciones de Renau y Jorge Flores, pero no destruidos "como me acabó de enterar a través de una fotografías. Con razón no me permitieron entrar", señala Reyes Meza.

Acostumbrado a los retos, a luchar contra las grandes dimensiones, Reyes Meza, autodefinido como un alumno para "allegarse de los demonios socráticos de los grandes maestros mexicanos", desliza con aparente tranquilidad apenas el inicio de otra batalla, de ámbitos internacionales, por el rescate de su obra y las de Renau y Flores.

"Me hablaron de España los integrantes de la fundación Renau y están dispuestos a visitar nuestro país y realizar un peritaje del estado en que se encuentren las obras." Ahora, dice en tono desconcertado, se publicó una nota en donde informan que los dueños de Costco donarán 5 millones de pesos para la reconstrucción de lo dañado.

Con un firme ademán y una mirada grande y fija, ataja: "en primer lugar no sé si tendrá reparación. Ya que se vio la brutal destrucción, quién va a igualar la obra de Renau; y en segundo, a mí nadie me ha consultado sobre esta solicitud, pero además no creo que sea ya el caso. Lo primero es revisar, evaluar qué es lo que queda de la obra y si hay algo todavía que ya no lo toquen".

La entrevista con el pintor nacido en Tampico en 1924, se realiza frente al mural que está en el Registro Público de la Propiedad(19821983). Sumergido como un actor más de su misma obra, este hombre maduro, de voz ronca, y gruesas manos, recuerda las intensas horas que le llevó la realización de este fresco, que va desde la construcción del muro hasta la concepción de la madre tierra, su cultivo, su propiedad, sus bondades y la misma destrucción del hombre, y ahí en medio, como cuidando el equilibrio, una mujer justiciera con tres caras y dos espadas.

Reyes Meza pareciera estarse vigilando a sí mismo a través del tiempo. En una parte de este destellante mural, el mismo pintor aparece sosteniendo un puño de gruesos pinceles a colores. Él mismo es su obra. Reflexiona: "es un trabajo inmenso, toda obra monumental así lo requiere, es por partes, aún con la base fresca se va realizando y pintando para que sea absorbida la pintura en ese instante y hay que esperar a que seque, y si no sale, pues a deshacer y volver a intentarlo. Somos muy pocos los que sabemos manejar esta técnica y además duran muchos, muchos años".

Y agrega, "de ahí las dudas de cuando dicen que el tiempo echó a perder los murales del Casino de la Selva. Eso es una mentira, por ejemplo vea aquí la pintura y su buen estado".

Los murales ?ofensivos?

En la historia de la destrucción de murales, los del ex Casino de la Selva se suman el pintado por el doctor Atl, Como las fuerzas de la naturaleza , en el ex convento de San Pedro y San Pablo; La escala de la vida de Fernando Leal, pintado en la Secretaría de Salud en 1928, el cual mostraba unos grandes senos; otro de Juan O`Gorman, Una serpiente , pintado en el aeropuerto de la ciudad de México, el cual contenía efectivamente una serpiente con caras de Mussolini y Hitler. La razón para quitarlo fue entonces que Alemania no nos compraría petróleo, eran tiempos de guerra.

Y otros más, como los de David Alfaro Siqueiros, América tropical agredida por el imperialismo , en Los Angeles, California, 1932, y el de Diego Rivera, en el Rockefeller Center.

A diferencia de estos murales destruidos por motivos de "pudor" e "ideológicos", los del ex Casino de la Selva son agredidos con barreta, cincel y mazo por el gran capital transnacional. Laura González Matute, investigadora del Centro Nacional de Investigación Documental e Información de Artes Plásticas, en entrevista afirma que es "un acto reprobable que debe investigarse y rescatar ahora lo que se pueda, aún cuando el cambio de lugar sea muy costoso".

La investigadora, quien firma con otros 80 investigadores y artistas una protesta, señala que "es evidente que estamos ante un acto criminal, cometido con premeditación, alevosía y ventaja, que demuestra la absoluta indiferencia de estos empresarios extranjeros ante nuestro patrimonio artístico. Este atropello cultural deja claramente establecido que sus intereses económicos están muy encima de nuestros valores culturales.

"Este acto no debe pasar inadvertido. Es urgente poner un alto a estos atentados. Con el fin de evitar estos terribles atropellos a nuestro patrimonio cultural debemos sumar esfuerzos para que la comunidad artística del país, así como las autoridades de Conaculta, lleven a cabo, a la brevedad, una propuesta de ley específica que proteja al pintor y a su obra contra plagio y destrucción arbitraria y así proteger las obras de la nación." Creo que es necesario, en principio, que la empresa Costco indemnice al autor, en este caso a Reyes Meza y dé cuenta ante la fundación Renau de su actuar, además de trasladar lo poco que quede de la obra, señala la investigadora Laura González Matute. "Lo otro ya sería hablar propiamente de juicios penales, pero eso le toca a otras instancias."