Montar el santo, bailando
María del Carmen Maraboto, cubana, directora del Centro Provincial de Cultura Comunitaria de La Habana, es maestra de danzas yorubas. María tiene "coronado" santo por cuestiones de salud. Funcionaria del gobierno provincial de La Habana, María visitó por primera vez México, a principios de año y se sorprendió de encontrar tal fuerza de la santería en nuestro país. Explica en detalle que los santos u orischas tienen cada uno su baile y, cuando un santero baila, el santo lo puede "montar", es decir: a través del danzante el santo se manifiesta y ofrece mensajes o advertencias. Reconoce que quien visita Cuba y "turistea" generalmente conoce la parte que, de "espectáculo", tiene la santería, precisamente manifestada en estos bailes que ya no tienen nada de rituales y sí mucho de "folklórico". Explica: "el turista disfruta la espectacularidad, pero en éstos no se baila igual. Los orishas que menciono como Elegguá, Ochún, Ochosi, en un tambor, en una fiesta religiosa, se manifiestan; muchas cosas que a la escena no se pueden llevar. Se retoma del folklor una parte artística y eso es lo que se muestra". En La Habana, María del Carmen dirige actualmente 33 casas de cultura en el área provincial, se le pregunta si este "furor" por la santería en México -donde incluso hay mujeres que "bailan" y "tocan" tambores que en la religión sólo pueden tocar los hombres-, no ha provocado distorsión. Sonríe y responde: "Sí, claro, de hecho la religión, los cantos se transmiten de generación en generación y de manera oral. No hay un libro todavía establecido que diga que tal canto se baila así o se canta así. Todos los orishas tienen sus características, sus cantos y sus pasos. Cada canto debe responder a un baile, no es que sea un paso y entonces todos los cantos son con ese paso. No. Siempre se canta en Yoruba. Muchos extranjeros están tomando esta religión sin siquiera conocer sus raíces".





