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Aflora en El Príncipe la indignación

Cynthia Palacios Goya| El Universal
Miércoles 18 de abril de 2001
Dice el escritor argentino Federico Andahazi que su nueva novela es una forma de deshacerse de la frustración de la dictadura

La más reciente novela del escritor argentino Federico Andahazi titulada El príncipe (Planeta) surge de la indignación.

"Para quienes como yo tuvimos nuestra adolescencia durante la dictadura militar albergamos muchas esperanzas en relación a la democracia", dijo, "pero cuando ésta llegó el sueño duró muy poco tiempo y se terminó de derrumbar con las leyes de punto final y de obediencia de vida que sacaron de la cárcel a los genocidas".

Expresó que su obra ni siquiera pretende ser una reflexión, sino un intento por evacuar esa desilusión "después del primer gobierno democrático posterior a la dictadura llegó Carlos Saúl Menem lo que significó la devastación absoluta de la economía argentina y luego el más reciente gobierno, que tiene una inexistencia notable, pareciera que no existe".

Andahazi comentó que su protagonista es una suerte de "Frankestein" reconocible en varios de los gobernantes latinoamericanos "quizá el referente principal sea Menem que es el que me tocó padecer y si uno piensa en él creo que hasta García Márquez se queda corto en El otoño del patriarca ; pero también tiene cosas de Fernando Collor de Melo, de Carlos Salinas de Gortari, de Alberto Fujimori, etcétera, ya que me parecen personajes de una gran riqueza literaria". El también autor de El anatonmista y de Las piadosas dijo que trató de retomar la tradición de novelas como Tirano banderas , de Ramón del Valle Inclán o de Señor presidente , de Miguel Angel Asturias en una línea literaria muy distinta a la que han seguido sus compañeros de generación "desde los 80 surgieron autores que se negaron a continuar la tradición del `boom` latinoamericano, incluso recuerdo que el escritor chileno Alberto Fuget hizo una antología que intituló `Mc ondo` como una suerte de burla a lo que ese movimiento significó".

En su opinión, la historia no se constituye con declaraciones de principios "entiendo que el peso del `boom` y de figuras como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa son paralizantes para un joven escritor, pero muy a nuestro pesar estamos atravesados por esa tradición".

Andahazi, quien nació en 1963 y durante algún tiempo se desempeñó como psiconalista, que fue la carrera que estudió en la universidad, comentó que en una mesa redonda, en la que también participó Fuget, éste hablaba de la necesidad de un parricidio con los autores anteriores, "pero yo diferí diciendo que en un país como Argentina donde ha habido tanto genocidio de escritores a mi me interesaba justamente recuperarlos". Tras considerar que una novela es la materialización del fracaso, porque nunca se escribe lo que se quiere sino lo que se pude, insistió en que también quiso hacer "modestamente" una reescritura de El príncipe de Nicolás Maquiavelo "lamentablemente tenemos una dirigencia política peor de lo que pudo haberse imaginado él jamás, incluso hay en su obra pasajes bastante ingenuos y creo que este libro está hecho de esa dificultad a la hora de escribir una novela sobre política y por eso los escritores estamos condenados a este realismo histórico".

Divertido comentó que la frontera de la juventud se ha extendido, porque en el siglo pasado ya no podría ser considerado un joven escritor "soy el primer sorprendido de lo que ha pasado con mis libros, no albergaba ninguna esperanza de ser publicado, creo que la mía es una narrativa muy a contrapelo de lo que dictaban las modas literarias cuando comencé a escribir donde hay muchas obras en español pero con cierto tono de traducción.



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