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La primera unión gay, para marzo

Mónica Archundia| El Universal
Martes 05 de enero de 2010
Contrayentes deberán esperar ocho días hábiles tras presentar su solicitud

monica.archundia@eluniversal.com.mx

Rafael Ramírez Arana fue el primer habitante de la delegación Venustiano Carranza en suscribir una sociedad de convivencia, pero también el primero en todo el DF en disolver el vínculo legal que había establecido con su pareja, un abogado como él.

Ahora se encuentra listo para recurrir al matrimonio con su nuevo compañero, y planea ser de los primeros en hacer efectivas las modificaciones aprobadas por la Asamblea Legislativa capitalina a los Códigos Civil y de Procedimientos Civiles del Distrito Federal.

El 29 de diciembre, el gobierno del Distrito Federal publicó en su Gaceta Oficial estos cambios, que entrarán en vigor 45 días hábiles después —es decir el 4 de marzo—, y que llevarán a la realización del primer matrimonio entre personas del mismo sexo muy probablemente el 16 de marzo.

De acuerdo con el artículo 101 del Código Civil del Distrito Federal, antes de concretarse una unión de este tipo tienen que transcurrir ocho días hábiles de haberse realizado la solicitud. Pero Rafael acudirá el próximo 2 de marzo a uno de los 50 juzgados civiles del Distrito Federal a informarse y —si se lo permiten— hacer lista de espera.

Con su actual pareja lleva año y medio de relación. Ya viven juntos, pero no se han unido legalmente, ni siquiera a través de las sociedades de convivencia.

Sus planes de vida van por el mismo rumbo, asegura Rafael, y por eso han pensado en recurrir al matrimonio con una mentalidad distinta: “No es kermés, la idea no es firmar y nada más disolver por disolver; la idea es estar juntos”.

Ambos están conscientes de que la solidez en pareja no la da un documento, sino los acuerdos a que lleguen juntos: “El documento legal sólo da certeza jurídica y garantías, pero nada te amarra, nada te sujeta, ni siquisiera a los heterosexuales”, afirma Rafael.

Al contar con certeza jurídica, su relación se consolida de manera formal ante la sociedad, y eso es lo que por ahora les interesa: “Te da más seriedad ante la sociedad”, asegura Ramírez Arana.

Tres años de nueva norma jurídica

De acuerdo con el registro de sociedades de convivencia, durante 2007, cuando se aprobó el nuevo régimen legal, se suscribieron 257 uniones de este tipo y sólo una, la de Rafael, se disolvió, mientras que en 2008 se concretaron 268, y a lo largo de 2009 unas 211.

La disolución de su relación, asegura, se debió a una cuestión de último momento, a cambios de intereses y de cuestiones laborales: “Tuvimos tres años de vivir juntos y nos separamos a los dos meses de suscribir la sociedad”.

A tres años de esa separación, ve en el matrimonio una figura funcional a nivel jurídico para heredar bienes sin necesidad de especificar cada uno de ellos: “La sociedad de convivencia en su momento fue adecuada, fue un primer paso en el reconocimiento de derechos”.

En 2007 sólo él disolvió su sociedad, pero en 2008 fueron 10 las parejas que optaron por esa opción, mientras que en 2009 la cifra creció a 14.

En total, de las parejas que decidieron celebrar una sociedad de convivencia en 2007, las integradas por hombres superaron por mucho a las de mujeres y heterosexuales, al sumar 157.

Un año después casi se igualaron las parejas de hombres y mujeres que solicitaron formar una sociedad, al llegar a 129 y 120, respectivamente.

Para el año pasado la cifra volvió a ser muy distinta, al concretarse 124 sociedades de convivencia entre hombres, 80 entre mujeres y sólo siete entre parejas de personas heterosexuales.

 

 

 



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