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En 2000 los capitalinos elegimos por primera vez a los jefes delegacionales. En esas elecciones, el Partido Acción Nacional (PAN) ganó Benito Juárez, y en las elecciones subsecuentes de 2003 y 2006 se mantuvo en el poder.

Este 5 de julio los habitantes del DF votaremos de nuevo por delegados. Según la encuesta de EL UNIVERSAL aplicada en Benito Juárez, el PAN encabeza las preferencias.

Si las elecciones hubieran sido el pasado fin de semana, cuando se realizó la encuesta, el candidato panista Mario Alberto Palacios habría obtenido 41% de los votos, frente a 34% de Bernardo Bátiz, postulado por PRD, PT y Convergencia. En la tercera posición estaría ubicada la candidata del PRI, Lucía Ramírez, con 17% de la intención de voto entre los habitantes de la demarcación.

En Benito Juárez hay más votantes que se sienten afines con el PAN (22%) que con el PRD (14%) o PRI (11%). Sin embargo, la mayor parte (50%) no se considera afín a ningún partido, y decidirán cómo votar, si por los candidatos o por las propuestas. Estos votantes, llamados independientes, se inclinan en la misma proporción por el candidato panista que por el perredista (18%), lo cual indica que es el voto duro de AN el que podría dar la victoria a su abanderado.

Importancia de independientes

Sin embargo, es importante destacar que la mitad de esos votantes independientes no han declarado aún su preferencia. Lo que suceda con esos votantes durante los próximos días podría cambiar el sentido de la votación. Por lo pronto, el ex panista Bernardo Bátiz es el más conocido por la población (68%), aunque el panista es mejor evaluado.

A favor del panista jugarán una mejor evaluación que la del aspirante perredista, la buena calificación al presidente Felipe Calderón, y que aún tiene suficiente tiempo para darse a conocer, lo cual suele traducirse en intención de voto. A favor del perredista jugará una mala evaluación para el delegado saliente, Germán de la Garza.

Por último, hay que resaltar que 43% de los ciudadanos de la delegación Benito Juárez cree que los resultados proporcionados por el Instituto Electoral del Distrito Federal no serán confiables; un porcentaje francamente preocupante.