Xaak, talento y creatividad
Este sitio es propiedad de los mismos empresarios del Tezka, Alaia y Puerto Gateria. Su nombre significa unión en lengua maya.
Ubicado en la calle Mario Pani, al lado del Centro Comercial Zentrika, lo visitamos para comer. Nos dieron una mesa junto a la cava de cristal y acero, que permite ver las
botellas y a la vez divide el bar que se encuentra a la entrada y el amplio salón comedor.
Por la hora en la que llegamos la mayoría de los comensales eran jóvenes ejecutivos de la zona, que realizaban sus comidas de negocio en un espacio agradable, lleno de
luz, mobiliario moderno.
El chef ejecutivo y encargado del desarrollo del menú es Alberto Ituarte, a quien recordamos bien desde sus inicios por el buen trabajo que realizó en el restaurante Alaia, al sur de la ciudad. Ituarte y el joven chef vasco José Luis Uribe, quien lleva la cocina del Xaak, han desarrollado una cocina denominada vasca mediterránea.
En mi opinión, el concepto y la propuesta más bien sería una cocina creativa de acento español, con ingredientes típicos de la cocina mediterránea y recetas de la culinaria
del norte de España.
Pedimos un vino español, Val de los Frailes, de la DO Cigales, elaborado por la Bodega Valdelosfrailes del Grupo Matarromera. Este caldo es afrutado, persistente, con cuerpo, taninos redondos y dulce.
Con el vino nos sirvieron unas cremosas y bien hechas croquetas de jamón serrano, además del tradicional plato gallego pulpos a feira, los cuales estaban en su punto, bien cocinados, con papa, un toque de pimentón español de buena calidad, sal gruesa y aceite de oliva extra virgen.
Yo me decidí por la sopa de almejas y patatas, mientras que mi acompañante ordenó el risotto con verduras y parmesano. La sopa fue en verdad una sorpresa: sencilla, bien laborada, con buena textura y un sabor extraordinario. El risotto fue cocinado con auténtico queso parmesano italiano y un buen caldo; tanto las verduras como el arroz estaban en su punto.
De segundo fue el solomillo en costra de champiñones y el confit de pato, ambos platos hicieron un maridaje estupendo con nuestro vino. La carne llegó en término, jugosa y suave; contrastó con la crujiente costra de champiñones y el puré de papa que le servía de base. El pato, perfecto: dorado y crujiente por fuera, tierno por dentro, de gran sabor; se sentían la hierbas finas y los ajos con los que seguramente fue confitado, las peras asadas que lo acompañaban hicieron aún más rico este plato.
De postre se nos antojó el laminadode ate de membrillo y queso manchego. Xaak sorprende por su buena cocina, ambiente elegante y relajado así como por un servicio
amable y esmerado.
celia.marin@eluniversal.com.mx