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En los últimos tres meses se orquestó un fraude en las oficinas de las agencias Automotriz Universidad Copilco Premium y Ola Polanco, que comercializan vehículos Volkswagen y Seat, sin que ninguno de los dueños se percatara.

El modelo de tercerización de trabajadores, tan apreciado por los empresarios (porque les permite ahorrar en costos laborales) facilitó que un comisionista engañara a cuando menos 50 personas que hoy buscan que les devuelvan su dinero.

Con su facilidad de palabra y desenvolvimiento, Jaime Castillo Romero, un vendedor de autos en las citadas agencias y que laboraba bajo un esquema de comisionista, defraudó a la empresa y sustrajo el dinero pagado por medio centenar de clientes. El argumento para obtener el dinero era sencillo: si pagaban en efectivo les hacía un descuento de 30% sobre el valor real del coche.

En entrevista telefónica Carlos Alberto Arroyo, director general de la agencia localizada en Polanco, declinó reconocer si Castillo fue o no un empleado de la distribuidora.

“Me parece que no estaba empleado aquí. Existe la figura de comisionista en las agencias, que son personas con quien se hace un contrato para que le permitas vender tus productos”, dijo.

La Procuraduría de Justicia del DF indaga este fraude de por lo menos 12 millones de pesos en daños económicos en contra de la automotriz. Arroyo se negó a confirmar esta cifra hasta no terminar una auditoría. “Se detectaron algunas operaciones que pudieran haber sido efectuadas por ex empleados de la agencia y están en proceso de investigación, misma que inició en septiembre”.

De acuerdo con esta pesquisa, a la que EL UNIVERSAL tuvo acceso, el modus operandi es que Castillo Romero actuaba solo y atendía a los clientes que llegaban a la agencia, a quienes comentaba que los vehículos tenían un descuento de entre 25% y 30% de su valor real, pero sólo en operaciones de contado.

Los clientes hacían los depósitos en cuentas bancarias señaladas por Castillo. Días después los citaba en la agencia para que entregaran los originales de las fichas de depósito y a cambio darles una carta-factura del vehículo con visto bueno del gerente de ventas.

Castillo, de quién el director de Ola Polanco desconoce si trabajó o no en la agencia, argumentaba que por cuestiones contables, las facturas originales se entregarían en un lapso de 30 días hábiles, así como la unidad adquirida.

Se preguntó a Arroyo cómo fue posible que una persona así pudiera engañar no sólo a los clientes, sino a sus empleadores. “Ahí sí tendríamos que preguntarle a quien lo hizo, eso está fuera de nuestras manos”, justificó.

—¿Y los controles de la empresa?—, se le preguntó.

—Desafortunadamente, cuando existen personas en colusión, hay cosas que se pueden esconder ante los ojos de la administración por más hábil que ésta sea.

La Policía Judicial busca a Jaime Castillo Romero, quien cuenta con dos órdenes de localización y presentación en su contra.

—De nuestra parte estamos en espera de que la autoridad resuelva, deslinde responsabilidades, identifique si en verdad hay un hecho irregular y actuar—, declaró Arroyo, de Ola Polanco.

—¿O sea que buscan ser deslindados y no devolver un sólo peso a los clientes?

—No, lo que buscamos es a los responsables de estas operaciones y hacernos responsables de aquellos clientes que en verdad lo sean. A quien se le tenga que devolver dinero, se le devolverá—, aseguró.