Propietarios deslindan su casa de ‘La Flor’
El pasado martes, EL UNIVERSAL publicó una nota sobre una relación de las propiedades pertenecientes presumiblemente a integrantes de la banda de La Flor, la cual tiene en su poder la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y que el gobierno del Distrito Federal pretende expropiar. Se trata de una larga lista de inmuebles, ubicados principalmente en las delegaciones Tlalpan y Xochimilco, y que la Procuraduría de Justicia de la capital del país tiene que investigar. Sin embargo, en el caso del domicilio marcado como el número 56 de la calle Morelos de la colonia Tiziclipa, en la delegación Xochimilco, la propietaria Sira Natividad Barrera aclaró que tanto su casa como la de su vecino Carlos Julián de Jesús, fotografiadas y publicadas en este diario, no corresponden a los señalamientos de las autoridades capitalinas sobre la pertenencia a algún integrante de la banda de secuestradores denominada La Flor, y por tanto, son falsas esas aseveraciones. Historia de una familia En un oficio dirigido al procurador de Justicia capitalino Miguel Ángel Mancera, explicó: “A fines del año de 1995, llegué a vivir a la colonia Tiziclipa, ubicada en el pueblo de Santa María Nativitas, delegación Xochimilco, DF; mi esposo es el señor Gabriel Cruz de 35 años de edad; él trabaja en Propimex S.A. de C.V. (antes Coca Cola), como repartidor... Desde hace 11 años yo me dedico al hogar y a cuidar a mis menores hijos de 12 y cinco años de edad”. Detalló que anteriormente vivían en una casa de lámina y con el tiempo ahorraron y mejoraron la vivienda cuando su esposo trabajaba de albañil antes de entrar a su actual empresa. Sira Natividad Barrera mencionó que estos hechos le constan a los vecinos de dicha colonia y son verificables, pues constantemente acuden al edificio de la delegación política para realizar las gestiones correspondientes al uso de suelo de su domicilio, y participan en las faenas de mejora del lugar. Reiteró que los propietarios de la vivienda citada son parte de una familia honesta y trabajadora que no tiene relación alguna ni conoce a gente que esté relacionada con un grupo de secuestradores; por lo tanto, no puede tomarse como una casa de seguridad.





