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Marcelo Ebrard y los integrantes de su gabinete tomaron ayer su primera clase de lengua y cultura náhuatl. Dicen que lo hacen para preservar y ensalzar esta lengua indígena.

Lo que captaron, cada funcionario lo reflejó en sus gestos, en su aburrimiento, en el relajo que hicieron en clase, en la hora que llegaron al salón o por sus comentarios finales.

“Nos vemos next week”, dijo Mario Delgado, secretario de Finanzas del DF, uno de los primeros que abandonó presuroso el salón de clase y que durante las dos horas de curso se levantó varias veces al baño y no dejó de utilizar su teléfono Black Berry.

Cada miércoles y durante cinco semanas el jefe de Gobierno y los secretarios de la administración local tomarán este curso, porque fue un compromiso asumido por el mandatario capitalino en febrero de este año, cuando se reunió con integrantes de pueblos originarios del DF.

En este primer día de clase hubo de todo. Armando Quintero, secretario de Transportes, asumió el papel de “relajiento”, porque captaba en doble sentido las palabras que les enseñaba el maestro Fausto Aguilar, y cuando el profesor preguntó a los alumnos si había alguna duda, Quintero no perdió oportunidad para cargarle la mano al secretario del Trabajo, quien fue el último en entrar al salón. “Pregúntele a Benito (Mirón)”, sugería un malicioso Armando Quintero, quien pidió durante toda la clase su paquete de útiles escolares gratuitos.

“Cómprate tu cuaderno”, le respondió el secretario de Desarrollo Social, Martí Batres, quien destacó por ser uno de los más participativos alumnos, acaso porque se encontraba sentado al lado de Ebrard.

Pero si de aplicados se trataba, Martha Delgado, secretaria de Medio Ambiente, se lució porque casi al terminar saludó y se “recetó” un discurso en náhuatl, que dejó a todos con el “ojo cuadro”.

El maestro pasó al momento de las preguntas. Con el apoyo de tarjetas dibujadas con glifos, el profesor hizo un repaso del primer vocabulario que enseñó. —¿Alguien recuerda cómo se llamaba esta figura? — cuestionó el maestro al levantar el glifo de una serpiente “Coatl”, contestaron algunos, aunque la respuesta más picante la dio el jefe de Gobierno, quien al ver el glifo de la serpiente sugirió: “Esa va con azulito”.

Entre los funcionarios que tuvieron falta se encontraron el secretario de Gobierno, José Ángel Ávila; la consejera, Leticia Bonifaz; el procurador, Miguel Mancera; el jefe de la Policía, Manuel Mondragón, y el secretario de Educación del DF, Axel Didriksson.

Un bromista Marcelo Ebrard les advirtió que les descontará un mes de sueldo, por cada clase a la que falten.