Suburbano convierte a Buenavista en estacionamiento
edith.martinez@eluniversal.com.mx
El temor de que Buenavista se convirtiera en un caos con la entrada en operación del Tren Suburbano, se hizo realidad.
En el segundo día de operación comercial del nuevo transporte, la aglomeración de personas en la intersección de Insurgentes y el eje 1 Norte, y la lentitud del tránsito en esta zona, fueron los efectos más visibles.
Como si fuera un campo de batalla, los peatones, automovilistas e incluso el personal de apoyo instalado por el gobierno capitalino lucharon unos contra otros.
Los transeúntes tuvieron que “torear” a los carros, que en su afán de librarse del embotellamiento les aventaban el auto mientras los policías de Tránsito y empleados de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) trataban de controlarlos.
Desde muy temprano, la estación Buenavista del Metro y el Metrobús estuvieron abarrotadas, pero no por los usuarios del Suburbano, sino por quienes los usan diario.
El problema fue que las acciones implementadas por el GDF no fueron suficientes al priorizar el paso de Insurgentes y dejar de lado el eje 1 Norte, consideró Ángel Nogués, vecino de la colonia Santa María la Ribera.
Luego de pelear con un taxista y un policía, con su bebé en los brazos y sus dos hijos corriendo atrás de él, se quejó de que tuvo que caminar cuatro cuadras para atravesar Insurgentes por la falta de coordinación en las medidas de mitigación, pues sólo consideraron la arteria principal, “y no ven que eso afecta la vialidad más atrás”.
Pero no sólo el cruce causó molestias entre los peatones. Olga Ramírez, quien transita a diario por la zona, se encontró con que la parada donde toma el microbús estaba suprimida, y en su lugar estaba el servicio exprés de RTP para desahogar la afluencia del tren.
“Tengo 10 minutos para llegar y ahora resulta que tengo que ir hasta el otro lado para poder tomar mi pesera”, y en su enojo arremetió contra el gobierno: “Lo que deben hacer es crear empleos para que la gente del estado de México se quede allá y no construir obras para traerlos al DF”.
La hora pico de la mañana —entre las 7:00 y las 09:00 horas— parecía no tener fin. Ariadna Montiel, directora general de RTP, reconoció que “el espacio peatonal es insuficiente”, lo que obliga a la gente a cruzar por donde no debe hacerlo.
Justificó el caos al indicar que la empresa Ferrocarriles Suburbanos, concesionaria del servicio, incumplió el acuerdo de mantener cerrada la puerta 1 y habilitar la 2 para la salida de los usuarios, y confió en que al ver la situación “regresemos al convenio original por el bien de los peatones”.
También hubo contratiempos dentro de las instalaciones. Los usuarios tuvieron problemas principalmente con el lector de las tarjetas, “si no la pasas bien no puedes salir”, comentó un usuario.
Además, algunos intentaron pasar con la misma tarjeta, pero no pudieron pues el plástico registra las entradas y salidas, por lo que no puede ser empleada por más de una persona en cada viaje.
Aun así, Alejandro Fernández Molina, viajero del Suburbano, expresó su sorpresa al hacer su traslado en menos de la mitad del tiempo usual, “hago entre una hora y dos, y hoy sólo 20 minutos”.
El reloj avanzaba y las condiciones en la zona eran las mismas tanto para quienes circulaban a pie como en auto “así seguirá hasta que no se terminen las obras complementarias”, auguró Ángel Nogués.