aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




100 años del gran canal del desagüe

Alberto Cuenca| El Universal
Lunes 27 de marzo de 2000
100 aos del gran canal del desage

. (Foto: LUIS MANUEL ACEVEDO/El Universal )

Porfirio Díaz prometió que ya no habría más inundaciones; sacaba agua potable de la ciudad

Su objetivo era desecar el Lago de Texcoco, que provocaba inundaciones. Así lo concibió el emperador Maximiliano de Habsburgo en 1866 cuando autorizo la construcción del gran canal de desagüe, de 47 kilómetros de extensión, que en la época del Porfiriato sacaba agua limpia de la ciudad, que se perdería para siempre y que hoy hubiera servido para abastecer del vital líquido a los capitalinos.

Se cancelaba de tajo y desde entonces una política de almacenamiento de agua que pudo evitar la sobreexplotación de los mantos acuíferos en la ciudad y el hundimiento de la misma, así como una previsible catástrofe hidráulica en el próximo cuarto de siglo, como anticipan especialistas.

Del desalojo de agua limpia en el año 1900, el canal de desagüe se convirtió 15 años después en el principal expulsor del drenaje de la ciudad.

Pero el gran canal del desagüe, que entró en operaciones el 17 de marzo del año 1900 no iba a ser capaz de soportar la presión que vendría porque el crecimiento demográfico lo volvió obsoleto e insuficiente.

La ciudad de México se hundía y se inundaba con mayor frecuencia durante las temporadas de lluvia. El movimiento del terreno provocó que la pendiente característica del gran canal se perdiera con los años y evitará que el desalojo del agua se diera de forma natural.

El Distrito Federal se ha hundido hasta 45 kilómetros por año en zonas como el centro de la capital y el proceso parece no revertirse, ante lo cual el delegado en Cuauhtémoc, Jorge Legorreta, alertó sobre una catástrofe hidráulica dentro de 25 años, cuando la ciudad podría sufrir severas inundaciones en temporada de lluvia, ante la insuficiencia del sistema de drenaje por el crecimiento demográfico.

El funcionario y especialista en urbanismo, quien ofreció una conferencia a propósito de los 100 años de la inauguración del canal de desagüe, explicó que cuando Porfirio Díaz lo puso en operación dijo en ese momento que la ciudad quedaría libre de inundaciones en toda su historia, pero no fue así.

El canal del desagüe demostró desde el principio que no era una obra tan eficaz como se anunciaba cuando se autorizó. En 1903 la ciudad sufrió una severa inundación y este fenómeno se presentó durante el siglo.

El problema lo provocó el crecimiento constante de la población. De acuerdo con Jorge Legorreta, en 1921 la ciudad se extendía en 46 kilómetros cuadrados y el número de habitantes llegaba a 906 mil; para 1953 el Distrito Federal abarcaba 240 kilómetros cuadrados y los pobladores era 3.5 millones. Hoy la capital del país cubre una extensión de mil 400 kilómetros cuadrados, con un aproximado de 19 millones de pobladores.

Eso significó que de 1950 al año 2000, 820 personas al día se sumaran a la cifra de habitantes.

Jorge Legorreta alertó sobre el crecimiento demográfico, que no decrecerá, pues estimo que en el año 2040, 38 millones de habitantes y otras ciudades como Pachuca, Toluca, Cuernavaca y Puebla se incorporarán a la conurbación.

Para subsanar la alta demanda de habitantes que pedían sistema de drenaje más eficiente se construyeron a partir de 1937 nuevas obras para el desalojo de agua residual, que se sumarían al Tajo Nochistongo, edificado en el siglo XVI, así como al gran canal de desagüe.

En 1937 se construyó el segundo túnel del Tequisquiac y hasta 1990 el sistema de drenaje profundo, con lo que se completaron 150 kilómetros de túneles y canales para el desalojo de agua, que era mucho mayor al líquido que se infiltraba al subsuelo para recargar el acuífero; y es que 70 por ciento del agua que se consume en la ciudad se saca de los mantos friáticos, lo que convierte a la ciudad de México en la única que se abastece de esa forma. Por lo anterior, Jorge Legorreta consideró que se debe incrementar el tratamiento del agua residual y aprovechar el agua de lluvia, captándola en recipientes, para evitar que el Distrito Federal se hunda, como hasta ahora ha sucedido.



comentarios
0