CHIMALHUACÁN, Méx.- Una taza de café y una tortilla con sal fue el desayuno. En la comida el plato fuerte fue una ración de frijoles y tortillas. En la cena se repitió la dosis de la mañana: café y una tortilla con sal.

Para Guillermina y Gabriela, de siete y cinco años de edad, y para sus otros cuatro hermanos no hay otro menú.

No saben cuándo fue la última vez que comieron carne. En las fiestas de fin de año no tuvieron esa suerte. Un consomé se sirvió entonces en la mesa de su vivienda de madera y cartón en la colonia Tlatel Xochitenco.

Y nada más. No consumen frutas, verduras y mucho menos leche. Tienen desnutrición pero no lo saben porque desde hace mucho tiempo no acuden a consulta con un médico ya que carecen de seguridad social.

Residen "en el municipio más pobre entre los pobres", según una definición que arrojó una investigación de la Universidad Autónoma Chapingo, donde la marginación social le ha impedido a la familia de Guillermina y Gabriela, ofrecerles una mejor calidad de vida.

Éste es uno de los rostros de la desnutrición en el estado de México.

La otra cara de la desnutrición

Alan se parece a Mafalda, por lo menos en los hábitos alimenticios. A ambos no les gusta la sopa.

Es un pequeño de seis años de edad, prefiere los hot dogs y las hamburguesas que los fideos.

El agua natural la cambiaría sin pensarlo por un refresco.

Alan resiente a su temprana edad los estragos de su régimen alimenticio: tiene sobrepeso y es candidato a padecer en los próximos años una enfermedad crónico-degenerativa que podría llegar a ocasionarle la muerte.

Éste es otro de los rostros de la desnutrición en el estado de México.

Segundo lugar nacional

El estado de México, según el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), ocupa el segundo lugar a nivel nacional, sólo detrás de Chiapas, en el número de niños menores de cinco años con desnutrición.

En la entidad mexiquense, establece el Reloj de la Desnutrición en México (método matemático que diseñaron los investigadores del INCMNSZ para prever lo que ocurrirá en el país hasta 2030) hay 151 mil 74 niños desnutridos. En Chiapas, que ocupa el primer lugar en el rubro, hay 175 mil 944 infantes.

San Felipe del Progreso, Chimalhuacán, Toluca, Ecatepec, Villa Victoria, Naucalpan, Valle de Chalco, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla y Temoaya, son los 10 municipios del estado de México que concentran el mayor número de niños con desnutrición.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición del 2006, 5% de los niños menores de cinco años presentaba bajo peso y 12.7 % baja talla.

El 1.6% registraba desnutrición aguda, esto significa en términos reales, explica Víctor Manuel Torres Meza, director de Epidemiología de la Secretaría de Salud mexiquense, que se redujo casi en 73% el riego de muerte por desnutrición en menores en ese rango de edad.

Algo que han evidenciado las encuestas, señaló, es que los habitantes de la zona conurbada "nos estamos quedando chaparritos por falta de nutrientes", indicó.

Las carencias en la nutrición comprometen la vida de los niños, pues son más propensos a las enfermedades, tienen mayores deficiencias en su sistema de defensas, lo que inhibe su capacidad de desarrollar todo su potencial humano, además que las secuelas a nivel neurológico son permanentes, puntualizó.

Roxana Valdés Ramos, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del estado de México (UAEM), manifestó que aun cuando la desnutrición en la entidad ha disminuido no deja ser todavía un problema mayor pues ese padecimiento acerca a los niños a la muerte.

Sobrepeso y obesidad infantil

Otras de las facetas de la desnutrición que tiene preocupadas a las autoridades del sector salud, es el incremento en la última década de niños con sobrepeso y obesidad.

Aun cuando en la entidad no hay cifras precisas al respecto, las autoridades toman como parámetro el índice nacional para su medición, que señala que casi tres niños de cada 10 entre 5 y 11 años de edad tienen problemas de sobrepeso y obesidad.

Roberto Ambrosio Hernández, director del programa de Orientación Alimentaria del sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del estado de México (DIFEM), señaló que hay registrados más casos de niñas con ese problema pues representan 26.8% de incidencia que los niños que presentan 25.9%.

La obesidad y el sobrepeso en los infantes es ya un problema de salud pública en el país y en el estado de México, aseguró.

Abelardo Ávila, investigador del INCMNSZ, mencionó que los menores de edad que tienen baja talla tienen un riesgo seis veces mayor de ser obesos en su edad adulta, con respecto a los menores que tienen una talla acorde con su edad.

Ese cambio experimentado desde la década de los 90, obedece a que los menores han aumentado el consumo de alimentos energéticos que contienen más kilocalorías como los refrescos, dulces y en general los productos industrializados, conocidos popularmente como chatarra, afirmó Ambrosio Hernández.

Roxana Valdés, investigadora de la UAEM, reveló que en una misma familia se presentan los dos rostros de la desnutrición: niños con problemas de baja talla y bajo peso y menores con sobrepeso y obesidad.

Víctor Manuel Torres Meza, advierte que los infantes que aumentan el consumo de carbohidratos y harinas blancas, se harán obesos en poco tiempo y desarrollarán enfermedades crónico-degenerativas porque los mexicanos tienen una genética diabetógena.

"Hay que quitarse la idea de la cabeza que el niño gordito es un niño sano, va ha tener mayor volumen de manejo cardiaco, tendrá problemas respiratorios y muy probablemente desarrolle de niño o de joven más enfermedades", refirió.

Roxana Valdés consideró que la obesidad y el sobrepeso no desaparecerán en corto plazo. "Se sabe qué es lo que se tiene que hacer, pero la falta de recursos humanos y económicos complican el escenario", señaló.

Para contrarrestar el avance de la obesidad y sobre peso se piensa tomar algunas medidas.

Legisladoras del estado de México sugerirán a las autoridades educativas que se eliminen los productos chatarra de las escuelas del estado de México y se cree una línea de alimentos para los alumnos.

Selma Noemí Montenegro Andrade, diputado local, que la comisión legislativa de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología, reconoció que aun cuando los productos que se venden en la mayoría de los planteles provocan obesidad "es lo único limpio que comen los alumnos en las escuelas".

Las recomendaciones

Roberto Ambrosio recomienda a las madres de familia que eviten que sus hijos consuman productos industrializados y se aumente la ingesta de frutas, verduras, carne blanca y alimentos ricos en fibra, con lo que se evitaría que los menores tengan problemas de nutrición.

Sugiere que antes de enviarlos a la escuela los infantes desayunen en casa. La primera de las comidas consistiría en jugo, fruta y parte del guisado del día anterior. Y para evitar que compren productos chatarra en la escuela, ponerles en su lonchera alguna fruta, emparedado y agua fresca natural para que no beban refresco.

En Chimalhuacán, las comunidades donde se presentan los mayores problemas de desnutrición son Corte La Palma, Corte San Pablo, San Lorenzo Parte Alta, San Agustín Parte Baja, Tlatel Xochitenco, Tepenepantla, Acuitlapilco y El Pocito.