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Declaran acceso a volcanes como zona de "peligro de muerte"

Fernando Martínez| El Universal
Miércoles 20 de septiembre de 2006
Indignación entre montañistas por el asesinato de un joven alpinista; señala líder de alpinistas que se toma la decisión para presionar a las autoridades correspondientes a que se detenga a los responsables del homicidio y que garanticen la seguridad para deportistas y turistas

IXTAPALUCA, Méx.- Hace tres semanas fue asesinado en las faldas del volcán Iztaccíhuatl el joven alpinista Humberto Cabrera López, un homicidio que ha conmocionado a las organizaciones de excursionistas. Hay varias hipótesis sobre el asesinato del estudiante de la UNAM, pero sigue siendo un misterio quiénes fueron los autores materiales.

Después del homicidio de Humberto, de 28 años, durante un asalto a un grupo de montañistas, quedó vetado el cerro del Telapón, ubicado en las faldas del Iztaccíhuatl, por parte de los grupos de excursionistas -donde ocurrieron los hechos-, como lo han estado otras zonas turísticas montañosas del valle de México y Toluca por motivos de inseguridad.

Carlos Rangel Plascencia, presidente de la Asociación de Montañismo y Exploración de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), notificó que se tomó la decisión para presionar a las autoridades correspondientes a que se detenga a los responsables del homicidio y que garanticen la seguridad para deportistas y turistas.

La página de internet www.montanismo.org.mx colocó un semáforo de peligrosidad para que los montañistas identifiquen, según el color, el grado de riesgo de los sitios. El Telapón está en rojo, que significa "peligro de muerte".

El homicidio de Humberto ocurrió el domingo 27 de agosto, cuando 23 alpinistas realizaban una expedición en las faldas del Iztaccíhuatl.

Al paso de cuatro de los jóvenes, rezagados, salieron dos sujetos, uno de ellos armado con una pistola escuadra y pasamontañas. El segundo portaba una gorra e iba con piedras y un palo con clavos en la punta; ellos provenían del sentido de donde regularmente actúan los taladores de madera ilegales.

Sometieron a Humberto, el más menudito de los cuatro, inmovilizándolo por el cuello y encañonándolo.

Al ver que en el grupo mayor, que se les acercaba, había cinco mujeres, uno de ellos obligó a cuatro de ellas a bajarse los pantalones, primero para comprobar si no tenían algo guardado y después en una clara intención de ultrajarlas.

Cabrera López, aún encañonado, hacía señas con las manos para pedirles tranquilidad a sus compañeros, pero cuando uno de los delincuentes intentó forzar a una las mujeres, el joven reaccionó agarrando el arma por el cañón, pero no pudo desarmar al agresor. El encapuchado jaló el arma y disparó primero en el pecho de Humberto y luego en la sien izquierda, provocando su muerte. De los 23 alpinistas, sólo a uno de ellos, Héctor Barrón, se le tomó declaración ante el Ministerio Público de Ayotla.

La tragedia ocurrida en el Telapón pone al descubierto la actividad de criminales que atemorizan la región de la vieja leyenda de los Bandidos de Río Frío y que se presume están involucrados con taladores clandestinos, organizados y fuertemente armados.



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