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Caen plagiarios y homicidas de jefe de Aduanas

Icela Lagunas, Rafael Cabrera y Silvia Otero| El Universal
Sábado 04 de septiembre de 2004
Entre los detenidos, uno de ellos se hacía pasar como capitán del EMP

Un presunto capitán Primero fue detenido por su participación en el secuestro y homicidio de José Noé Garduño Fernández, quien era subadministrador de Aduanas en el aeropuerto del Distrito Federal.

Sin embargo, el Estado Mayor Presidencial, "rechazó categóricamente que alguno de sus miembros esté relacionado con los hechos delictivos que derivaron en el secuestro y muerte de un funcionario de Aduanas".

Aclaró que Carlos Ochoa Luke uno de los presuntos homicidas y quien se identificó como capitán primero de caballería , no tiene ninguna vinculación con el Estado Mayor Presidencial.

A Juan Carlos Ochoa Luke, se le detuvo la madrugada del viernes con otros dos sujetos, cuando intentaban escapar sobre Periférico Sur, en dirección norte, a la altura de San Jerónimo.

En ese sitio abandonaron un auto Gran Marquis, placas PMH1090 de Michoacán, donde se halló en el asiento del copiloto el cuerpo sin vida de Garduño Fernández, a causa de tres impactos de bala: en cráneo, mano derecha y pierna izquierda.

A los tres detenidos más un cuarto cómplice se les trasladó a la agencia 24 del MP.

Todo inició cuando Francisco González, empleado aduanal del aeropuerto del DF, sufrió un choque por el auto Gran Marquis, al salir la tarde del viernes de su trabajo.

Según su versión, tres sujetos, integrados por Ochoa Luke, Sergio Quintana Hernández y Alberto Sánchez Amezcua, lo subieron al auto y exigieron que citara a Garduño en el restaurante California, ubicado en Miguel Ángel de Quevedo, Coyoacán.

El fin era que Garduño interrumpiera las acciones que encabezaba contra el narcotráfico.

En el restaurante, Garduño Fernández fue raptado por los sujetos, mientras que González se ocultó en la cocina y pidió apoyo policiaco.

Luego de una persecución, dos sujetos lograron escapar, empero, fueron capturados tres presuntos delincuentes, que llevaban su ropa manchada de sangre fresca.

En tanto, la Procuraduría General de la República ejerció su facultad de atracción para investigar el asesinato de José Noé Garduño Fernández, ya que se abrió una nueva línea de investigación además del secuestro.



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