Festeja sus 15 años en hospital, donde lleva 4 internada
Cuautitlán, Méx. Fue una fiesta de 15 años diferente. Sin chambelanes, sin vals y sin brindis. El singular festejo, efectuado el pasado 12 de diciembre, tuvo lugar en uno de los jardines del hospital general "José Vicente Villada" y la festejada fue Karina, quien desde hace casi cuatro años vive en la cama 101 del nosocomio. Ahí, en una pequeña capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe, se realizó la misa en honor a Karina, quien en realidad cumplió 15 años el 12 de noviembre del 2002. "Fue muy triste", dice el padre de la menor, quien confiesa que jamás pensó que fecha tan importante para su familia tuviera como escenario un hospital. Sin embargo, a sus 16 años, Karina no sólo es prisionera de su cuerpo, sino también de una cama de hospital. Llegó caminando hace casi cuatro años para atenderse de una crisis asmática, sin imaginar que pasaría a la inconciencia y a la inmovilidad. La noche del 31 de agosto del 2000, la menor, entonces de 12 años, fue llevada por sus padres al hospital del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), debido a que sufrió una crisis de asma, enfermedad que padece desde los tres años. Los padres de Karina, Roberto Gómez Vázquez y Dolores Martínez Troncoso, quienes rentan una vivienda en San Mateo Ixtacalco, en Cuautitlán-México, responsabilizan a médicos de la institución por los daños irreversibles que sufre actualmente su hija, cuya atención se retrasó por falta de una toma de oxígeno. "No la atendieron oportunamente. Cuando lo hicieron estaba en estado de inconciencia. Perdió el sentido, la vista y la movilidad. Ahora está postrada en la cama", denunciaron trabajadores del nosocomio, quienes pidieron el anonimato por razones obvias. Desde entonces el "Vicente Villada" forma parte de la pesadilla de Karina, quien al despertar en la cama 101 del área de Pediatría tardó en comprender que su vida era otra. Tampoco ahora entiende por qué continúa ahí y no en su hogar, al que sus padres rehúsan llevarla hasta que sea indemnizada y castigados los culpables de la supuesta negligencia. El director del hospital, Antonio Albarrán y Carvajal, quien en el 2000 todavía no era responsable del mismo, rechaza que haya existido negligencia del personal que atendió a Karina, aunque reconoce que por los pasillos de la institución han desfilado el Ministerio Público, Derechos Humanos, la Comisión de Arbitraje Médico de la entidad y la Contraloría interna del ISEM. "Al conocer el expediente yo puedo presumir que es una lamentable secuela de un accidente, en este caso una crisis asmática grave, de la cual salió la paciente gracias a la intervención del personal", reitera. Un resumen clínico, fechado el 10 de diciembre del 2001, establece que Karina ingresó al hospital "con estatus asmático, requiriendo intubación endotraqueal y manejo con asistencia ventilatoria, manejada en terapia intensiva, durante su estancia presentó complicaciones de neumonía y encefalopatía, con secuelas neurológicas de cuadriparesia". La madre de Karina tiene grabado ese día: "Fui por ellas (sus hijas) a la escuela (en donde cursaba el sexto grado de primaria). Llegó bien, hizo su tarea, se bañó, comió, se fue a dormir y cuando se fue a dormir empezó a toser y tenía dificultad para respirar. Entonces la llevé al hospital "Vicente Villada" y no me la atienden, sino hasta el otro día, que es como me la van a entubar, porque no había tomas de oxígeno". Karina tiene dos hermanas menores, de 14 y 7 años; la más grande que prefiere no recordar detalles de cuando ésta corría, gritaba y reía en su casa, cuando la vida parecía sonreírle. La más pequeña ni siquiera tiene esos recuerdos. "No me gusta recordar eso, son cosas muy tristes", apunta Carla, la mayor, cuyos ojos miran al cielo mientras habla. La madre de Karina explica que en el 2001 presentó la denuncia penal TLA/II/11/01, consignada en el Juzgado Cuarto Penal de Cuautitlán-México bajo la causa 148/2003-2, donde se dictó auto de formal prisión contra una médico residente, que se encuentra amparada y alega inocencia. En tanto, la Comisión de Arbitraje Médico de la entidad declinó seguir investigando la supuesta negligencia médica por existir tal denuncia, mientras que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CDHEM) archivó la queja por considerar que la menor recibe adecuada atención médica. Gómez Vázquez, padre de Karina, responsabiliza de la presunta negligencia a los doctores Carlos Camacho, entonces jefe de Pediatría del hospital, y Rosario Valdés Santamarina, aunque "ahorita están echándole la culpa a una residente (Sandra Arcos Soto), que según va a reparar el daño, pero una residente obedece órdenes y, mire, ahí están libres ellos". Otro documento del expediente clínico, con fecha 6 de mayo del 2002, menciona que "hubo durante el interrogatorio (médico) un enfrentamiento verbal entre la neuróloga y la madre de Karina, porque le hace un comentario acerca de por qué estaba hospitalizada y le comenta la posibilidad que existe en el nosocomio de que se infecte, y la madre le contesta que se ocupe del asunto médico solamente", escrito que reporta "alta vigente" de la menor. Albarrán y Carvajal reconoce que no es necesario que Karina continúe hospitalizada; puede ser paciente ambulatoria y recibir terapias en el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) de Tlalnepantla, en donde fue aceptada apenas el pasado 28 de abril, a solicitud del gobierno estatal. Detalla que la estancia de Karina en el "Vicente Villada" cuesta unos 3 mil pesos diarios, pues el costo de una cama es de 2 mil 500 pesos, a lo que se agregan medicamentos y traslados. "Además, por cada niño hospitalizado, hay dos o tres esperando cama". Expresa que no es una carga tener a Karina en el nosocomio y "lo hacemos con mucho gusto", aunque lo único es que nos está ocupando una cama que podríamos utilizar para otros pacientes. Pero finalmente ella es atendida como se merece". Asegura que la relación con los padres es cordial, pero han existido fricciones con trabajadores del hospital: "Exigen más de lo que el personal tiene obligación de hacer, piden que le compren juguetes, champú, que habitualmente también le proveemos y porque en el fondo es una situación en la cual los padres han querido presionar a la institución". "La niña no está aquí porque nosotros la obliguemos, los padres insisten o prefieren que esté aquí y nosotros no le vamos a negar el beneficio de apoyo hospitalario. De hecho, su estancia es gratuita, no pagan los padres, nunca han pagado un centavo. Los colchones, la silla de ruedas que tiene, todos los medicamentos, todo lo que se le da, pañales, el vehículo y el apoyo para traslado también es exclusivo", puntualiza. Sin embargo, los padres de Karina afirman que lo único que exigen es justicia y que su hija sea indemnizada conforme a la ley, pues no podrían pagar los gastos de su rehabilitación, ya que el señor Roberto Gómez labora como lavador de vehículos en el centro de Cuautitlán-México. "Dicen que no la queremos sacar, pero que se hagan responsables del daño que hicieron y la verdad he visto mucha anomalía en ese hospital. Francamente, lo que quiero, que me entreguen a mi hija como entró: hablando y caminando", reitera Roberto Gómez. La madre agrega que no es justo lo que ocurre a Karina, quien "no puede hablar, (pero) sí entiende. Es una niña muy inteligente, entiende las cosas, pero no se puede comunicar con uno. Conmigo se comunica a través de los ojitos. A ella le angustia (su situación), llora". Albarrán y Carvajal establece que Karina, quien padece cuadriparesia espástica moderada a estatus asmático, responde bien a las terapias de diferentes instituciones, y ya ve, escucha, se mueve y ríe, aunque los avances que tengan en el Teletón dependerán de su capacidad de respuesta. El directivo del ISEM enfatiza que la fiesta de 15 años de Karina fue pagada por el hospital, que compró el vestido, pagó la misa y organizó la fiesta, celebrada en un jardínde la institución. Pero el padre de Karina tiene sentimientos contrarios: "Siento coraje y odio contra el hospital. Hay puro pasante, gente que no está capacitada para estar en él. No puedo sacar a mi hija porque ellos se lavarían las manos, y así solo no saco a mi hija adelante. Yo no la perjudiqué, que se haga responsable el hospital", insiste. José Ramón Medina Miranda, visitador de la CDHEM en la zona de Naucalpan, destaca que la estancia de Karina en el hospital no viola sus derechos humanos, ya que sus padres consideran que es lo mejor para ella. "Debe de mencionarse que en dos ocasiones se solicitaron medidas precautorias al Instituto de Salud del Estado de México, tendientes a salvaguardar el derecho a la salud de la menor, mismas que fueron aceptadas, implementando las acciones, otorgando los tratamientos, medicamentos y terapias que la menor necesitaba", precisa una nota informativa de la CDHEM sobre el caso. El documento añade que "durante el trámite del expediente este organismo intervino a fin de que la menor recibiera la atención necesaria, por ejemplo, se consiguió que a la paciente se le dotara de un colchón de agua y en distintas ocasiones se gestionó que se otorgaran medicamentos que requería la paciente". En tanto, la adolescente, que lentamente recupera algo de movilidad en la cama 101, confía que tarde o temprano ocurra el regreso a su hogar y por fin se reúna con sus padres y hermanas, sin estar separados por la muralla de enfermeras, médicos y guardias somnolientos, y sobre todo por la interminable angustia de pacientes y sus familiares que buscan alivio en el "Vicente Villada", como ella misma buscó hace casi cuatro años.





