El reblandecimiento de una ladera de la Sierra de Guadalupe, en Gustavo A. Madero, ocasionó un deslave y la muerte de una mujer y su pequeña, quienes quedaron sepultadas por lodo, piedras y tierra.

Fue al mediodía de ayer, cuando vecinos asentados de la colonia Malacates, escucharon un fuerte estruendo proveniente del desgajamiento del cerro.

Seis casas fueron afectadas por la avalancha de lodo ocasionada por las fuertes lluvias de los últimos días, pero entre ellas, la marcada con el lote 1, manzana 25, de la calle Aquiles Serdán no soportó el peso del lodo y se desplomó.

En su interior estaba un matrimonio con pocos meses de haber llegado a la zona y ante la precariedad de la construcción de su casa, la cual estaba cimentada en unos polines, la loza de la vivienda aplastó a Maricela Álvarez Ordóñez, de 33 años, y a su hija, Esmeralda Álvarez Hernández, de 11 meses.

Las familias asentadas sobre esta cañada de la zona Cuautepec barrio Alto habían sido notificadas desde hace mes y medio que el predio que habitan está catalogado como de alto riesgo, informó la delegación Gustavo A. Madero.

En este terreno de 2 mil 500 metros cuadrados, residían siete familias que no habían aceptado mudarse a un albergue temporal, a pesar de que ya habían sido alertados sobre la posibilidad de que los inmuebles se derrumbaran por el reblendecimiento del suelo.

De hecho, el esposo y padres de las víctima, Rodrigo Hernández, dijo que fue su suegra quien los invitó a irse a vivir a su terreno.

"Hace un mes que no dormíamos por la preocupación, pues nos habían alertado de que por ser zona de riesgo tendríamos que irnos a otro lugar".

El rescate de los cuerpos ocasionó una intensa movilización de grupos de emergencia y bomberos. Perros entrenados de la SSP rastrearon la zona en búsqueda de más víctimas.

Dos menores de edad resultaron con varios golpes en el accidente.

"Gracias a Dios nos dio tiempo de salir con vida y rescatar a uno de nuestros hijos con vida", narró entre lágrimas un vecino.

Cabe destacar que la mayoría de las casas que fueron levantadas en esta cañada están cimentadas sobre costales de arena.

Después de la tragedia, 17 familias aceptaron 3 mil pesos para el pago de una renta e irse del lugar mientras el gobierno del Distrito Federal los incluye en su programa de vivienda.