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¡Arrancan! abren segundos pisos

RAFAEL GONZÁLEZ CORREA| El Universal
Miércoles 11 de junio de 2003
Polémico desde su concepción, después de nueve meses de obras, accidentes y hasta carreras atléticas, la ciudad estrena hoy una vía que tratará de desahogar; la vialidad, pero también "parte" la vida de muchos vecinos

Tuvieron que pasar 25 largos años para que el gobierno del Distrito Federal volviera a construir grandes obras viales.

Desde 1976 cuando se planearon los ejes viales del profesor Carlos Hank González no se habían proyectado obras para desahogar la vialidad de la ciudad de México.

El 30 de septiembre del 2002 quedará marcada como la fecha en la que se dio el "banderazo" inicial a la construcción del distribuidor vial San Antonio que, en los hechos, representa la primera etapa del segundo piso en Periférico y Viaducto.

Cuestionado por muchos -principalmente por el gobierno federal, vecinos de las colonias aledañas y partidos políticos adversarios al PRD y a Andrés Manuel López Obrador, pero también por especialistas, ingenieros y arquitectos- el distribuidor vial busca desahogar el tránsito vehicular en la zona Sur-Poniente de la ciudad y ser una alternativa para miles de automovilistas que transitan por Periférico, Viaducto, Patriotismo y Revolución, señaló Claudia Sheinbaum, encargada de la ejecución del proyecto.



La historia

El 5 de diciembre, justo cuando cumplió el primer año de su mandato, López Obrador anunció que durante su administración se construiría el segundo nivel en Periférico y Viaducto.

De inmediato surgió la polémica, panistas, priístas y pevemistas en contra, perredistas a favor.

Los autores intelectuales de la idea: el ingeniero David Serur Edid y los arquitectos José María Riobóo y Alberto Busali.

"Es un proyecto ambicioso con el que se pretende resolver el problema de la vialidad en la ciudad de México, que además estará apoyado por un Programa Integral de Transporte y Vialidad", dijo en aquel entonces el jefe de gobierno.

A lo largo de cinco meses, todo fue polémica, "guerra de tinta y papel" entre defensores y detractores del proyecto.

Fue hasta el 31 de mayo de 2002 cuando el gobernante local anunció la realización del plebiscito para ejecutar o cancelar del proyecto del segundo piso.

Ese mismo día anunció la construcción del distribuidor vial Periférico-San Antonio-Río Becerra-Tintoreto, con una longitud de 3.5 kilómetros en ambos sentidos, que abarca una superficie de 66 mil metros cuadrados y un costo de casi mil millones de pesos.



Licitación

De inmediato se inició el proyecto de licitación de las obras, a fin de que la ejecución de los trabajos iniciara en el tercer trimestre del 2002.

Se otorgaron 13 millones de pesos a José María Riobóo para que realizara el proyecto ejecutivo, mientras que la obra fue licitada por Servicios Metropolitanos (Servimet), hoy empresa del gobierno en liquidación.

El 28 de julio de 2002 el gobierno capitalino inicia el proceso de licitación para la construcción del distribuidor vial San Antonio y publica 14 concursos para la construcción y fabricación de trabes y pilas.

Luego de una primera licitación en la que todas las propuestas fueron rechazadas por no cumplir con los aspectos técnicos y económicos, en un segundo concurso 26 empresas se adjudicaron los procesos de construcción, supervisión y fabricación de trabes.



El plebiscito

El 22 de septiembre del año pasado se realizó el primer plebiscito en la historia moderna de la ciudad de México, a fin de que los capitalino votaron a favor o en contra de la construcción del segundo piso en las vías de comunicación.

Este ejercicio democrático tampoco estuvo exento de polémica, pues su organización por parte del Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) originó un "duro" enfrentamiento con López Obrador, quien se negó a otorgar recursos económicos extraordinarios para su realización.

Finalmente, la votación se efectuó y con una participación cercana al 9 por ciento del padrón electoral capitalino, cerca de 430 mil votos, de los cuales 260 mil se pronunciaron por el SI, la administración del Distrito Federal local manifestó que acataría la voluntad de la mayoría y construiría el segundo piso en las vías rápidas.



El inicio

Dos días después Claudia Sheinbaum y Mario Endo, director de Obras Inducidas, anunciaron que el 30 de septiembre iniciaba la construcción del Distribuidor Vial San Antonio.

Con la oposición de vecinos de las colonias San Pedro de los Pinos, Ciudad de los Deportes, Nápoles, Nonoalco Mixcoac y Mixcoac, entre otras, y con la presencia de aproximadamente 500 granaderos, ese día empezaron las obras inducidas, lo que también originó molestias para los automovilistas por el cierre y desvío de diversas calles y avenidas.



Los amparos

Aún antes de que iniciaran las obras empezó la organización vecinal, encabezados por Elías Zúñiga, Eva Alfaro, Mari Loli Fuster, Irma Muñoz, Esther Zimet y Miguel Valencia, entre otros, los colonos conformación la Asociación "Probienestar y Dignificación de San Pedro de Los Pinos".

Mientras las obras del distribuidor continuaban su curso, los colonos buscaron la asesoría jurídica del abogado constitucionalista, Ignacio Burgoa Orihuela para ampararse contra las acciones del jefe de Gobierno por ordenar la ejecución de las obras sin haber realizado una consulta pública con los vecinos y sin tener los resultados de los estudios de impacto ambiental.

Para lograr el amparo, que presentaron ante los juzgados el 5 de noviembre, consiguieron la firma de más de 170 vecinos; realizaron los estudios de afectación al medio ambiente y a la salud de los habitantes de las colonias aledañas.

Sin embargo, el amparo radicado en el juzgado tercero de distrito en materia administrativa no ha avanzado.

Pero los vecinos no fueron los únicos que se ampararon, también el Comité Mexicano de Derecho Ambiental, que encabeza Gustavo Alanis, presentó una demanda ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente por violar la Ley General de Protección al Medio Ambiente y no contar con estudios específicos de protección al ambiente, así como por la utilización de sustancias tóxicas en la realización de los trabajos.

Tampoco esta demanda prosperó, pues la Profepa no emitió ninguna recomendación y, mucho menos, sancionó a las constructoras, por la utilización de grasas, combustibles y estopas y por no cumplir al 100 por ciento con la medidas de mitigación ambiental.



Bajo la lupa

Desde que inició y hasta su conclusión, el distribuidor vial ha estado bajo la lupa de las autoridades, partidos políticos, vecinos, ambientalistas, ingenieros, arquitectos e incluso de gobernadores de otras entidades del país.

Durante los tres primeros meses cuando se realizaron las obras inducidas y se inició la perforación de los hoyos para la colocación de las columnas que sostienen las trabes prefabricadas, los trabajos se realizaron con la presión de los vecinos por el ruido y polvo, pero sin que se registraran accidentes que lamentar.

Sin embargo, apenas inició el año, el 7 de enero pasado se produjo el primer percance. Las varillas de una columna localizada sobre la avenida San Antonio cayeron sobre un vehículo compacto, lo que originó crisis nerviosa en una persona mayor de edad.

Todavía no terminaban las recriminaciones y reproches por el primer accidente cuando dos días después se registró el segundo, nuevamente las varillas de una columna se doblaron, pero esta vez quedaron a tres metros de carriles centrales de Periférico, sin causar lesionados.

Después las obras continuaron su curso normal, pero con evidentes retrasos, lo que originó que las autoridades del gobierno capitalino determinaron posponer 30 días la inauguración del distribuidor, es decir, pasó del 30 de abril al 1 de junio.



Accidentes graves

No fue sino hasta el pasado 26 de abril cuando se originó un nuevo accidente, similar a los dos anteriores, pero esta vez dos trabajadores resultaron con lesiones leves.

El 27 de mayo, a una horas de que el Presidente Vicente Fox y el jefe de gobierno de la ciudad realizaran un recorrido por la zona de obras se registró la volcadura de una grúa que transportaba una trabe de las denominadas "ballenas".

Sin embargo, lo peor estaba por venir, el 28 de mayo se registró el accidente más grave, cuando los contrapesos de una grúa que colocaba una "ballena" se vinieron abajo debido a una falla mecánica de la máquina, un trabajador fue prensado por las estructuras y al otro día murió.

Esta situación obligó a López Obrador a posponer, una vez más, la inauguración, aunque por compromisos con una televisora se vio obligado a organizar el 1 de junio una carrera atlética de 10 kilómetros.

Así y luego de más de 8 meses de trabajo concluirán los trabajos del "polémico" distribudor vial San Antonio que servirá para dasahogar la vialidad en el Sur-Poniente de la ciudad.

Esta obra es la punta del "iceberg" para la construcción de otras vialidades como el Distribuidor Vial Oceanía-Zaragoza; los puentes viales elevados de Santa Fe-Centenario; los 10 puentes que unirán la avenida Central, en Ciudad Azteca, con Xochimilco, el Eje 5 Poniente y la ampliación de la avenida Centenario.



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