El escándalo y la popularidad persiguieron al diputado local del PAN Francisco Solís Peón, durante el 2003.

Ya sea por sus acciones poco conservadoras y, en ocasiones, opuestas al resto de los panistas; por su afición a las parrandas, a beber o por el placer de hacer un desnudo, sólo para cumplir una de sus fantasías, Pancho Cachondo no pasó desapercibido entre los capitalinos y medios de comunicación, durante los últimos 12 meses.

Durante el año que termina, el panista protagonizó nueve escándalos, todos con un objetivo muy claro: "Contribuir a hacer del PAN un instituto político más abierto y menos elitista, en donde tengan cabida todos los que creen en la dignidad del ser humano", admite.

La idea, de acuerdo con el Dipu-table , es que en el futuro su partido sea más abierto y que sus estructuras sean más flexibles y menos acartonadas.

Hoy, a pesar de estar suspendidos todos sus derechos partidistas y de que sólo algunos diputados locales lo saludan cuando acude a las sesiones ordinarias, asegura que el desprestigio que tiene "ha valido la pena", y que no se arrepiente de lo hecho hasta ahora.

Considera que sus acciones han contribuido a sembrar un embrión de rebeldía en Acción Nacional. "Gracias a eso, ahora hay respeto por la vida personal de los diputados, y yo asumo el costo que me toca en ese sentido".

Insiste en que sus acciones han sentado un precedente que busca recuperar el espíritu liberal del PAN, no se trata agrega de hacer escándalos o aparecer en los medios de comunicación; cada acción ha estado planeada y sus propósitos se han cumplido.

El recuento de daños

La primera ocasión, durante este año, en que Pancho Cachondo fijó una posición distinta del resto de sus compañeros, fue durante la discusión del artículo 148 del Código Penal, en el que se adiciona un conjunto de excluyentes por el aborto.

Después, durante la discusión de la Ley de Sociedad de Convivencia, anunció que votaría en favor de esa iniciativa, que permite la unión de personas del mismo sexo, sin embargo, el día de la votación en el pleno, junto con el priísta Arturo Barajas, promovió una moción suspensiva, para evitar la discusión del dictamen.

Esa misma noche concedió una entrevista radiofónica en estado de ebriedad, junto con su compañero de fracción, Walter Widmer.

Ese escándalo fue el principal argumento que el comité regional blanquiazul utilizó como argumento para suspenderlo en sus derechos.

Después, el controvertido diputado acudió a la exhibición de la película El crimen del padre Amaro , no sólo la recomendó y dijo que esperaba algo más fuerte, sino que además sugirió que la Iglesia católica eliminara el celibato.

A finales de julio, luego de la visita del papa, Juan Pablo II, Pancho Cachondo mandó imprimir 200 mil carteles con la figura del santo padre, y como toque personal, en una de las esquinas colocó su nombre y figura. Los posters los repartió en su distrito, casa por casa.

Cansados de tanto escándalo y de la conducta de Solís Peón, la Comisión de Honor del PAN lo suspendió de sus derechos 18 meses, y lo inhabilitó durante tres años, con ello perdió la posibilidad de competir en elección interna para jefe delegacional en Cuauhtémoc, como era su deseo.

En lugar de disciplinarse a la sanción en su contra, Solís Peón apeló a la resolución, e incluso habló de la posibilidad de buscar una candidatura en otro partido político.

Los coqueteos iniciaron y a pesar de que públicamente las dirigencias del PRI y del PRD en el Distrito Federal lo consideraron una persona non grata y poco seria, asegura que "todos los partidos me han hecho ofrecimientos para incorporarme a su filas".

Del PRD, señala a la corriente de Nueva Izquierda; del PRI, al Movimiento Territorial, además de los partidos Liberal y México Posible.

Cuando parecía que los escándalos habían llegado a su fin, aparecieron unas revistas en las que posó desnudo. Finalmente, el jueves 19 de diciembre, llegó al recinto de la Asamblea Legislativa vestido de santaclós azul, regalando libros y discos al resto de los legisladores capitalinos.

A Pancho, como le dicen los diputados, no le preocupa el escándalo; aunque dice que "por este año ya no habrá escándalos", promete que antes del 6 de enero "habrá una sorpresa".