Una cárcel con un historial de rebelión
TLALNEPANTLA, Méx. "Barrientos es un gran centro de corrupción", afirmaron familiares de internos de este centro penitenciario, quienes sostuvieron que autoridades del penal propician la venta y distribución de droga, así como el cobro indebido de dádivas a las visitas. Una ex interna, que prefirió omitir su nombre, relató que el papel o piedra de cocaína cuesta 50 pesos, mientras que el tubo de mariguana vale 30. En tanto, informó que conseguir pastillas psicotrópicas o chochos es relativamente fácil. Explicó que custodios entregan la droga a varios reclusos para que éstos la distribuyan al interior del penal, cuyas ganancias son repartidas entre diversas manos. Agregó que los elementos de seguridad piden dinero a los internos por todo: para permitirles hablar por teléfono o evitar la fajina, propiciando los privilegios, principalmente entre ex judiciales, quienes tienen celdas en el área de visitas íntimas, apartados del hacinamiento. Otras voces afirmaron que existe una celda de castigo, en la cual recluyen por 15 y 30 días a los reos indisciplinados, periodo durante el cual son incomunicados en un espacio reducido y sin luz. "Los abogados de oficio nos piden, cada que venimos, 50 o 100 pesos, y hay que mocharse con ellos para tener el servicio. Aquí todo es corrupción", relataron. Además, Daniel Arizmendi, El Mochaorejas , también estuvo preso en este lugar y fue procesado por la entonces juez Mirielle Roccatti, quien más tarde ocuparía la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). En 1996 ocurrió en este penal uno de los motines más graves registrados en cárceles del estado de México, luego de que reclusos se apoderaron violentamente de varias áreas para demandar mejor trato y denunciar la corrupción existente. El antecedente inmediato ocurrió el pasado cinco de febrero, cuando más de 300 reclusos, de los mil 800 que existen en la actualidad, se amotinaron para exigir mejor trato y denunciar igualmente la corrupción que persiste en este centro penitenciario.
Barrientos, el palacio negro mexiquense
En la historia del penal de Barrientos, inaugurado en 1984, se cuentan incidentes como la fuga del penal de Evaristo Nucamendi, quien fue reaprehendido meses después cuando se ocultaba tras un disfraz de mujer.





