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Corrupciónm, "modus vivendi" de custodios

Pascual Salanueva Camargo/(PRIMERA PARTE)| El Universal
Domingo 14 de octubre de 2001



El director de Seguridad de los Reclusorios, Jaime López Jaramillo, protegido del subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, impone las rentas y los ?entres? que los guardias deben entregar a sus jefes, denuncia organización clandestina. Dentro de los centros se cobran ?impuestos? por todo, resalta. Según el grupo, les permiten fiestas a los narcos

Ante la desmesurada corrupción que domina las cárceles capitalinas, un puñado de vigilantes decidieron crear la "Asociación de Custodios Clandestinos de los Reclusorios", cuyo objetivo será denunciar la podredumbre que encuentren en estos centros, así como a los jefes de vigilancia que medran a expensas de los presos y los familiares que los visitan.

Y como toda asociación clandestina que se precie de serlo, pidieron seguir en el anonimato y de esa manera evitar las seguras represalias que se desatarían en su contra. Por lo pronto la ACCR hizo un llamado a Francisco Garduño, subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, para que "tome cartas en el asunto, y se acaben las rentas y los entres que los custodios deben pagar a sus respectivos jefes, impuestos por su propio protegido o ahijado, como es el director de Seguridad de los Reclusorios, el `DG3` Jaime López Jaramillo".

Durante la entrevista, los integrantes de la naciente asociación clandestina, denunciaron que el "ahijado" del secretario de gobierno se molesta si alguien le dice comandante, teniente, general o simplemente jefe, pues, aclara que el cargo que él ocupa es el de "superintendente de seguridad penitenciaria", pero cuyo tema, dijeron, desconoce completamente.

"Hay descontento en todos los reclusorios del Distrito Federal, porque López Jaramillo se ha rodeado de gente inepta de la DGRS, como es el teniente Angel Gómez y que era custodio en el reclusorio norte". Además, añadieron que como a López Jaramillo no le funcionan sus "asesores" , cada 15 días hay cambios en los mandos.

Admitieron que de la corrupción no escapa ningún penal capitalino. Recordaron que hace tiempo corrieron a varios custodios del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) de Almoloya de Juárez, Estado de México , y algunos de ellos fueron contratados por la Dirección General de Reclusorios.

Entre los "ex almoloyos", contratados por la DGR está Raúl Jiménez, quien trabaja en el reclusorio sur y de quien dijeron, todos los viernes recibe la visita de 10 mujeres de vestidos escotados y untados al cuerpo, con exceso de maquillaje y olorosas a perfume, algunas de las cuales llegan en avión, procedentes de Tijuana.

Para que no se pierdan por los vericuetos del reclusorio o manos extrañas las magreen antes de tiempo, Raúl Jiménez las escolta al dormitorio 9, en donde las entrega a los "padrinos". Las orgías entre los reos adinerados y las furcias se prolongan hasta el lunes en la mañana, cuando éstas se marchan ante las miradas cargadas de líbido de los demás reos y los custodios, que tienen la suerte de contemplarlas a distancia.

Y pareciera ser que lo que se pretende hacer de la vida en los reclusorios, es una fiesta interminable y que prevalezca el hedonismo. Tal vez por eso, los anfitriones, hacen hasta lo imposible para que a sus invitados nunca les falte la droga y el alcohol.

De introducir las pastillas psicotrópicas, cocaína y mariguana a los penales, se encarga un grupo de entre 10 y 15 mujeres, contratadas ex profeso. "A estas señoras, por cada carga se les paga 3 mil pesos. Esta droga es envuelta con papel aluminio y metida por vía vaginal. Se trata de pastillas psicotrópicas, cocaína y mariguana. Estas señoras entran cada vez que hay visitas. Son aproximadamente 10 ó 15 señoras. Ellas no tienen visita. Simplemente entran a dejar la carga`", explicaron los entrevistados.

Existe otro grupo de custodios que en connivencia con sus superiores se dedican a traficar con el licor. En virtud de que en el interior de los reclusorios existen lugares parecidos a las garitas aduanales, en donde las mercancías deben pagar tarifas altas para que las dejen pasar, cuando los artículos suntuarios llegan al consumidor sus precios son exorbitantes.

De esta manera, una botella de un cuarto de litro de regular calidad puede alcanzar un valor de 500 pesos; mientras que la de litro, mil y la de litro y medio, mil 500 pesos.

De los cientos de custodios con que cuentan las cárceles capitalinas hay un selecto grupo encargado de "vigilar" los dormitorios y que son la envidia de sus compañeros, no por el tipo de trabajo que realizan, sino por el dinero que se llevan diariamente y debido a lo cual, prefieren no salir de vacaciones.

"Los custodios que han estado en dormitorios pagan de 3 a 6 mil pesos, para que no los cambien. Estos custodios que están en dormitorios son los que más ganan, porque llegan en carros último modelo, todos. Ellos toman puro Chivas Reagal y comen mariscos. Comen de lo mejor, y mandan traer sus comidas".

Les va tan bien a los custodios que están en los dormitorios que, según los entrevistados, "sacan libres, con todos los entres y con lo que tienen que pagar a sus jefes, mil 500 pesos cada uno.

"Son dos custodios por cada dormitorio. Los dormitorios que hay en el reclusorio norte son el 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10 y 10 bis. Cada dormitorio tiene un anexo. En total serían 18 dormitorios, más las áreas conocidas como el Centro de Observación y Clasificación (COC) e Ingresos.

"En el reclusorio norte son más de siete mil internos. Los custodios que están en los dormitorios jamás faltan a trabajar ni salen de vacaciones para no perder su lugar. Les pagan a los jefes de grupo 500 pesos por no salir de vacaciones". La ACCR solicitó a la Dirección General de Reclusorios que los custodios que están en los dormitorios sean removidos, pues hay algunos que llevan 10, 15, 20 y 25 años, sin moverse de ellos y casi nunca han faltado a su trabajo, por las pérdidas económicas que esto representa para ellos.

Estos custodios privilegiados, que ganan más que muchos profesionistas, de tanto convivir con los narcotraficantes presos, se han mimetizado en ellos. Es así que, por ejemplo, calzan el mismo tipo de botas vaqueras, de pieles exóticas y, por lo tanto, caras; en tanto que los pantalones vaqueros y camisas son de las mejores marcas.

Los custodios con menos suerte tienen que conformarse con la quincalla que pueden recoger en otras partes. En total se pasa lista tres veces al día: a las ocho de la mañana, a las cinco de la tarde y a las nueve de la noche. Les cobran cinco pesos cada vez que no se presentan.

Algunos otros custodios, según el "status" del reo, les cobran desde 20 hasta 2 mil pesos cuando los encuentran con droga. Unos pocos más se dedican a vender protección, cobrándoles cinco mil pesos tanto a los violadores como a ex policías.

A los reclusos también se les cobra por no hacer la fajina; a los que trabajan como estafetas; a los que dan grasa y a los que venden algún tipo de mercancía. En realidad a todos les cobran algún tipo de impuesto, menos a los denominados "erizos", que son los internos más pobres de los penales.

Los entrevistados también denunciaron que el "DG3B" Víctor Aguilar Martínez, quien llegó ahí recomendado por un general y el "DG8" Angel Gómez son los encargados de cobrar todos los viernes las rentas o "entres" en los reclusorios capitalinos.

Aunada a esa anomalía, hicieron saber que el jefe de vigilancia en el reclusorio oriente es otro "ex almoloyo", de nombre Adán Galindo, el cual estuvo involucrado en la tortura del interno Jaime Ramos, a quien le fracturó la nariz y dos costillas.

Sin embargo, en esa ocasión, Adán Galindo no actuó solo, sino que lo ayudaron dos jefes de custodia a los que, a la postre, echó la culpa, cesándolos por ello, mientras que su traición era premiada otorgándole la dirección de seguridad del reclusorio oriente.

Los entrevistados denunciaron que Adán Galindo obliga a los jefes de vigilancia a que le compren uniformes de gala, en mil 200 pesos, con el pretexto de que son los que se utilizan en las ceremonias de inauguración y clausura de los cursos policiales.

Recordaron que el "DG3" Adán Galindo iba a visitar al ex secretario General de Protección y Vialidad, Santiago Tapia Aceves, cuando éste estuvo preso en el reclusorio oriente y esta lealtad podría haberle ayudado para ocupar su actual cargo.

"Desconoce el sistema penitenciario moderno, donde se señala que no tendrían cabida como custodios ni los policías ni los militares y mucho menos deberán ser usados los uniformes de tipo militar o paramilitar.

"A los custodios los ponen a marchar en las mañanas, como acostumbran hacer con los granaderos y policías preventivos, además de que también les exige traer gorra. Lo peor es que a los custodios de reciente ingreso ya se les olvidó lo que es un delincuente, pues no se les enseña ni criminología ni psicología", finalizaron.



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